Creencias, tradiciones, época de jóvenes, del amor, estamos frente a una poderosa energía que nos anima a renacer. La primavera es sinónimo de flores, aromas y fundamentalmente del amor porque con su llegada deja atrás al frío para dar paso a todo lo cálido.
Históricamente se asoció a esta estación del año con la renovación, celebraciones de la fertilidad y festivales que dan la bienvenida al crecimiento y a la nueva vida.
Así como es en la naturaleza así también influye en la vida humana. Salimos del letargo con ganas de hacer “cosas” que nos llenen de alegría.
El equinoccio es un momento de total equilibrio, ya que la noche y el día tienen el mismo tiempo de duración. Es el tiempo en que todos sentimos casi de la misma manera, ganas de reencontrarnos por eso comienzan las reuniones de amigos principalmente.
La primavera nos habla de la energía vital, nuestro espíritu se llena de gozo y es cuando se produce el despertar de la naturaleza después del invierno.
Así como las plantas comienzan a brotar y la vida animal se activa, las comunidades originarias realizan rituales para recibir su energía poderosa.
Flores y plantas
Algo que no puede faltar en las casas son las flores, se trata de una buena manera de mostrarnos abiertos a recibir sus dones.
Durante los encuentros para conectar con la primavera se pueden plantar semillas, las que deseen o se pueden comprar plantines de aromáticas para trasplantar las plantas a la tierra. Ese contacto de las manos con la tierra hará que todo tu cuerpo reciba el equilibrio energético necesario para ir a la acción.
Rituales para conectar
Sabemos que todo es energía, que vivimos gracias a ella y estamos conectados con el todo a través de hilos invisibles energéticos.
Hablamos de la tierra y las plantas, entonces para dar paso a tu creatividad, al crecimiento económico, a los nuevos proyectos necesitarás papel biodegradable. En pequeños pedazos de papel escribirás los proyectos que deseas ver crecer, para después doblarlos y enterrarlos en la misma tierra con la que has sembrado tus semillas o tus plantas.
Una vez que estén listos para sembrar, pueden ambientar el espacio, lo ideal es que se sume toda la familia, que se reúnan amigos tanto hombres como mujeres así el equilibrio simbólico dará frutos en el amor, las buenas relaciones, y la abundancia en salud como económica.
Puedes preparar el espacio con inciensos, música alegre y velas de colores claros. Deja que la energía de la tierra se combine con tu intensión. Mientras lo haces, reflexiona sobre el cuidado que le das a tus proyectos para que prosperen, pues de ellos obtendrás grandes ganancias.
Limpiar y dejar ir
Cuando limpias los espacios, limpiar tu mente. Es real y simbólico, las células sentirán la carga energética que renovará su poder regenerador. Aunque no sientas desorden en tu vida, lo ideal es limpiar la casa. Cambiar de lugar algunos muebles, libros, fotografías, cuadros.
Si puedes pintar la casa es mucho mejor, pues se quitarán los restos de pelusas y humedad que dejó el invierno. Abrir ventanas, regalar objetos que estuvieron mucho tiempo con nosotros, darles otra oportunidad en otras manos, hacer lugar para que lleguen las nuevas oportunidades.
Una vez que esté todo limpio caminar por la casa con el incienso y sahumarla mientras decretar amor, alegría, paz, creatividad, inspiración, prosperidad. Al finar dirás Gracias tres veces, por lo que soy, por lo que tengo y por lo que llega; y di: Hecho está.
Luego en ese ambiente de energía renovada te sentarás a meditar, con tres respiraciones profundas para enumerar en tu mente todas las cosas que dejas ir con amor. Dejo ir tal recuerdo, dejo ir… Luego, al final di: Ya estoy lista, listo, para recibir todo lo bueno que esta primavera tiene para mí y mi familia. Gracias, gracias, gracias. Y que todo lo mejor se quede en tu vida.
De regalo: El frasco de la abundancia– La primavera vuelve a los humanos valientes, dinámicos y activos. Para que la abundancia se quede en tu casa prepara un frasco con semillas: lentejas, arroz, maíz y porotos. Utiliza los colores y vas colocándolos dentro del frasco. Mientras concéntrate en tus deseos, solo piensa en la abundancia que llega desde ese lugar de infinitas posibilidades. Conecta con la fuente de luz, siente en tu corazón cómo florecen tus ganas de celebrar la vida. Agradece, ríe, canta y baila.
Por Rosanna Toraglio
Periodista de
Primera Edición