El Gobierno estipuló que el precio del dólar oficial será de $1.207 a fin de diciembre del año que viene, en el proyecto de Presupuesto 2025 que presentó en el Congreso, y de esta manera en el mercado comenzó a poner bajo la lupa a esa cifra.
Es que los economistas relevados por iProfesional opinan que el desafío establecido por el presidente Javier Milei es muy “optimista” y “ambicioso”, por lo que lo consideran más como una “pauta de referencia” para bajar las expectativas de la City, y no tanto como una proyección real de tipo de cambio.
Incluso, para algunos analistas, esta afirmación del Gobierno puede implicar considerar mantener el cepo cambiario más tiempo del previsto. Además, genera dudas respecto a cuánto más puede bajar la inflación, variable que afecta directamente en el atraso cambiario.
“Durante 2025, se plantea garantizar nuevamente el equilibrio fiscal para corregir definitivamente los desajustes y sostener las condiciones de estabilidad. Esto implicará que, por segundo año consecutivo, el Sector Público Nacional no necesitará financiamiento por la vía de endeudamiento o emisión monetaria, ya que no habrá desbalances de las cuentas públicas”, detalló el Gobierno al presentar el proyecto de Presupuesto.
“Es letra muerta”
En definitiva, los economistas relevados por iProfesional consideran que el Gobierno puso la vara demasiado alta para el precio del dólar oficial para diciembre de 2025.
“El Gobierno puso un número de inflación y devaluación que son realmente bajos. Aunque se puede decir que no son proyecciones, sino que son una pauta para cumplir con prudencia al Presupuesto”, considera Martín Kalos, economista y director de EPyCA Consultores.
En la misma línea, Gustavo Quintana, analista de PR Cambios, detalla a iProfesional: “En realidad, no le presto mucha atención a las proyecciones del Presupuesto, en Argentina ha sido históricamente letra muerta y con escasas chances de verificarse en la realidad. Hasta ahora, todos los niveles del tipo de cambio fijados en los sucesivos presupuestos no han tenido cumplimiento efectivo. Lo tomo como un valor de escaso nivel de predicción y que me parece solo apunta a disipar expectativas de ajuste significativo en los precios del dólar”.
Al respecto, se pone bajo la lupa la posibilidad que se elimine el cepo cambiario el año que viene, hecho que puede empujar un incremento en el precio del dólar oficial.
“No olvidarse que se espera una liberación del cepo para el 2025 y es difícil estimar un nivel de precios del dólar en un escenario de mercado unificado y sin restricciones”, alerta Quintana.
Por lo pronto, en el mercado de opciones y futuros del Matba-Rofex se negocia para agosto del año que viene, que es el período más extenso en el que se están realizando transacciones para el dólar mayorista, un billete de $1.385. Es decir, casi 15% más que lo esperado por el Gobierno para 4 meses después.
Incluso, los precios más altos pronosticados por más de 40 economistas de bancos y consultoras nacionales y extranjeras, relevados por el informe internacional de FocusEconomics, para el dólar oficial mayorista para fines de diciembre que viene, un año antes de las estimaciones presentadas por el Gobierno en el presupuesto, llegan hasta los $1.560. Y para fin del 2025 las estimaciones de dicho estudio determinan un consenso para el billete estadounidense mayorista de $1.660, con proyecciones más altas que llegan hasta los $2.290.
Desafío complejo
Así, la posibilidad que el tipo de cambio oficial mayorista se ubique en torno a los $1.207 en diciembre del año que viene, tal como estimó el Gobierno en el proyecto de Presupuesto 2025, se plantea como un desafío complejo. Por eso, los expertos detallan de qué forma se podría cumplir con dicho objetivo.
“Es una pauta ambiciosa, con dudas sobre la posibilidad de lograrla, pero si se mantiene el superávit fiscal, se monetiza la economía y se avanza en la apertura del cepo, podría ser viable, pero es un gran desafío”, dice a iProfesional Fernando Baer, economista de la Consultora Quantum de Daniel Marx.
En tanto, Jorge Colina, economista de IDESA, analiza qué puede estar pensando el Gobierno para llegar a la meta propuesta: “Están haciendo un supuesto de que habrá un aumento importante de las exportaciones, algo que traería un superávit comercial. Eso podría hacer sostener un tipo de cambio en ese valor de $1.207, pero creo que con esa estimación está implícito que el cepo cambiario va a seguir, porque soltarlo implicaría un salto en el precio del dólar a más de lo previsto”.
Por su parte, Isaías Marini, economista de Consultatio, considera: “El supuesto por detrás de la proyección para el Presupuesto es que la inflación se moverá al mismo ritmo, lo cual implica que el tipo de cambio real frente al dólar se mantendrá constante en los niveles de diciembre. Sin financiamiento externo, y con crecimiento económico, un tipo de cambio real en esos niveles, que además no contará con el efecto del impuesto PAIS, luce muy apreciado para que el balance cambiario cierre”. En otras palabras, concluye que “es un escenario muy optimista y que sostenerlo será, cuanto menos, desafiante”.
¿Menos reservas en 2025?
Las proyecciones de precios para los principales cultivos del país no son alentadoras para lo que queda de 2024. Si bien se espera un tenue rebote en 2025, los valores permanecerían bastante por debajo del promedio de los últimos años, lo cual generaría una caída de las exportaciones argentinas y presionaría sobre las reservas del Banco Central (BCRA).
Un informe elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) estimó que, en función de las previsiones de precios internacionales y teniendo en cuenta rendimientos normales de la cosecha, los ingresos por exportaciones de granos (y sus principales derivados industriales) sumarían unos US$ 31.591 millones el año que viene, casi US$ 500 millones por debajo del valor estimado para 2024 (-1,5%).
Esto se da frente a un panorama preocupante en materia de precios. El trabajo mostró que en la primera semana de septiembre, los futuros de la tonelada de soja se ubicaron un promedio de US$ 371, un 13% por debajo de los US$ 428 que se observaron entre enero y agosto del año vigente y casi un 40% detrás de los US$ 613 anotados en 2022.
Para 2025 los estudios proyectan una pequeña suba hacia los US$ 382 por tonelada, un repunte con sabor a poco.
“Para tener perspectiva, los valores que se están manejando en el mercado de la soja para el próximo año se ubican bastante por debajo del promedio de los últimos 25 años (US$ 480/ton, en poder de compra constante), y hay que volver hasta el 2006 para encontrar un mercado con precios tan deprimidos”, acotó el IERAL,
El “think thank” dependiente de la Fundación Mediterránea, fundado por Domingo Cavallo en 1977, y que hasta hace poco tuvo a Carlos Melconian como su economista referente, remarcó que las estimaciones se basan en la buena cosecha que está teniendo Estados Unidos, y las que podrían tener otros importantes productores como Brasil y Argentina, la cual no sería acompañada por un incremento de símil magnitud en la demanda.
En este contexto, el informe exhibió su preocupación por el impacto que esto podría tener en las exportaciones del agro a nivel local, aunque aclaró que la buena performance del sector energético en materia de comercio exterior tanto en 2024 como en las proyecciones a futuro, podría ayudar a compensar el efecto negativo mencionado anteriormente.
Los cálculos del IERAL para la producción del agro en 2025 contemplan un crecimiento de la superficie implantada de soja y retroceso de la del maíz (por el temor de los agricultores de no poder controlar la plaga de la chicharrita) y un aumento de las existencias de soja en manos de productores.