Aprendimos a juzgarnos por todas las críticas que hemos recibido. Muchas veces lo hicimos sin querer, pero al ir escuchando esas palabras lograron que nosotros mismos nos etiquetemos en eso que creemos que somos.
Hay una frase que dice: “Ojalá pudiera contarle a alguien o a mí mismo la historia del por qué soy como soy”.
Cuando nos etiquetan con algo, generalmente lo hacen viendo solo una parte nuestra y así dejamos que esas etiquetas que nos ponen nos definan.
Los seres humanos hemos aprendido a juzgar por un rasgo a una persona, y así también como somos juzgados por los otros lo hacemos con nosotros mismos.
Es interesante ver todo lo que somos, no solamente lo que creemos ser según nos dijeron. Cuando comenzamos a mirarnos con compasión viendo nuestra historia y reconociendo todo lo que hicimos para estar en este momento, es donde podemos mirarnos como seres humanos que estamos aprendiendo y comprendernos.
En ese momento nos damos cuenta que sentimos que tenemos un corazón que ha sido lastimado y necesita sanar. Cada uno hoy puede visualizar su vida: traten de recordar ¿qué tipo de charlas hemos tenido?, ¿nos han acompañado o hemos aprendido a andar solos?, ¿nos sobreprotegieron y cuando tuvimos que enfrentarnos al mundo nos costó? ¿Nos hablaron con cariño o fueron duros y aprendimos a ser exigentes? ¿Qué fracasos asumimos como los peores y a pesar de que el tiempo pasó no podemos olvidarnos, perdonarnos y aceptar? Y tantas otras preguntas que podemos hacernos para valorar todo el camino recorrido hasta ahora.
Cuando aparecen palabras como “hubiera hecho” o “habría dicho”, hay mucha carga en nuestras espaldas. Vamos a mirar nuestra vida y entendernos, ¡por qué somos como somos!
Eso no significa no cambiar sino simplemente comprendernos, aceptarnos, y saber que todo es por algo. A veces pienso en que mañana podemos no estar más y ¿tendría sentido tanto nivel de exigencia, drama y juicio?
Por ahí pensar en esta pregunta: ¿Por qué nos juzgamos? Puede ayudarnos valorar nuestra vida, dejar ir lo que no suma, sencillamente vivir el hoy y disfrutar de este paseo que se llama vida. Bendiciones.
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
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