Cuando el tiempo se detiene de tal manera que ni siquiera tu respiración se escucha, cuando el tiempo se detiene y el canto de los pájaros desaparece y las hojas no se mueven, cuando el tiempo se detiene y somos meros observadores, en ese instante podemos comprender que todo lo mueve algo mayor y que nosotros también formamos parte.
Quédate quieto. Aprovecha el momento, quizás no vuelva por mucho tiempo, ese es el instante sagrado de conexión que va más allá de la comprensión, la intensión la sensación o el pensamiento. Ese es un estado de unión donde uno es y sabe. Y siendo está completo y forma parte.
Que nada te altere, que nada te inquiete, no te distraigas solo quédate porque al igual que la naturaleza has entrado en una vibración superior, distinta, nueva.
Si sientes un leve zumbido en los oídos solo permanece en silencio, pronto llegará el mensaje. Si puedes ver la planta y saber sin preguntar. Si puedes ampliar la mirada y comprender sin cuestionar. Si tu corazón vibra, se expande y te llega una sensación de plenitud, aprovecha el instante, es el tiempo del no tiempo, es el tiempo de reunirte.
Es el tiempo que no marca el reloj, es el tiempo sin momentos, sin instantes, es lo verdadero donde no existen los opuestos, las memorias, los deseos o los miedos, es el verdadero existir, el expandirte sin miedo.
Es el tiempo del cuerpo sin materia, del sentimiento equilibrado, del pensamiento sin juicios, es el tiempo del despertar a otra realidad, la verdadera. Esa que anhelamos, pero solo llega en un instante para que sientas su presencia y sepas que existe, que está ahí esperando que termines con tus luchas y juicios, y decidas ser feliz porque siempre formaste parte, aunque creas lo contrario.
No caigas, sostente lo más que puedas en esa energía, en ese instante, en esa vibración y permite que tu cuerpo la registre, siempre querrá volver a ella porque es un espacio de amor incondicional al que todas las células quieren regresar porque es el verdadero espacio del amor, de la vida y la creación.
El verdadero estado de ser no tiene parloteos internos, no tiene emociones encontradas, no posee juicios de valores o preferencias, no tiene miedo ni enjuicia, no se separa de nada ni de nadie porque es con todo así tal cual está, sabiendo que todo es perfecto, aunque al volver de nuestra respiración tengamos un montón de dudas al respecto.
Simplemente suma días, momentos, instantes hasta que aprendas a entrar a voluntad en ese espacio mayor de amor donde nos re-cargamos para poder volver a continuar el tiempo que nos queda de vida en esta materialidad tan densa e incomprensible.
Solo ten fe.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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