En el susurro sagrado del viento y en el latido profundo de la tierra, se revela una verdad eterna: el amor es la fuerza que da vida a todo lo que existe.
No hay poder más grande, más puro ni más divino que el amor, porque en él habita el alma del universo, la esencia misma de Dios Padre/Madre. En un mundo que a menudo se sumerge en el silencio frío, en la distancia de corazones y en la sombra de la indiferencia, el amor se erige como la luz que todo lo transforma. Es en lo más sencillo, en lo más pequeño, donde encontramos las semillas del milagro.
Un abrazo puede sanar las heridas invisibles, un beso puede traer de vuelta la calidez perdida, una sonrisa puede abrir el cielo en medio de la tormenta. Estos gestos que parecen ser tan simples, contienen la inmensidad del amor divino que no pide nada a cambio, que solo busca expresarse, porque el amor en su esencia es puro dar, es pura presencia.
Vivimos en un tiempo que nos empuja a la distancia, que nos llena de prisiones invisibles hechas de rutina, preocupaciones y un falso sentido de separación. Pero no somos seres destinados a vivir apartados ni desconectados de los demás.
Somos seres nacidos del amor, entrelazados por la misma energía sagrada que corre por las estrellas y los océanos. Si amas, no te escondas; si amas, hazte presente. Porque tu presencia es un regalo divino, una chispa de luz en el sendero de aquellos que te rodean.
El amor no es una emoción que se guarda en silencio, es un río que debe fluir, tocar, abrazar, sanar. Hoy es el día para que tus palabras se vuelvan vida, para que un “te amo” transforme el corazón de tu hijo, para que un beso renueve el vínculo con tu pareja, para que un abrazo a un amigo sea el refugio que tanto necesita.
No dejes que el tiempo pase sin que aquellos a quienes amas sepan que estás ahí, que en ti encuentran un puerto seguro, una mano tendida. Porque el que ama lo demuestra, no con grandes promesas, sino con pequeños actos que llevan el sello de lo eterno.
En cada mirada de ternura, en cada mano que sostiene, en cada palabra que alivia, está la presencia viva de lo divino. A través del amor, Dios vive en ti, se mueve en ti y transforma al mundo a través de ti.
Así que abraza, ama, sonríe; porque en esos pequeños gestos está el poder del universo entero expresándose a través de tu propia divinidad.
Feliz y bendecida Vida. 💖
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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