Muy pocos hubiesen imaginado hace un siglo la pujanza y el futuro que presenta la población de Miguel Lanús 120 años después de que don Leopoldo Víctor Lanús comprara las 852 hectáreas donde fue erigida, en la entrada misma de la capital de Misiones.
Lo cierto es que una centuria y dos décadas después de aquella compra del campo Villalonga, en el paraje Rincón de San Antonio, dando origen a la estancia San Miguel, la fisonomía de esa Villa Lanús ha cambiado mucho.
El fraccionamiento de tierras para su colonización y la donación de los solares para la estación de ferrocarril, la delegación policial y la escuela, entre otros, anticipó esa realidad actual que tomó un particular impulso desde 1993 cuando allí se instaló el Campus de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
La vida pueblerina, tranquila, como antesala del ingreso a la capital -6 kilómetros al Sur de ésta-, tuvo su primer impacto a poco de su nacimiento, con el ferrocarril que agilizó el comercio y permitió al fundador ofrecer uno de sus servicios: el del pastoreo del ganado que era desembarcado allí.
El primer cambio radical llegaría cuando se instaló, al Oeste de la ruta nacional 12, la Facultad de Ciencias Económicas y a sus alrededores fueron asentándose algunos docentes y alumnos. A la vez, aparecieron los nuevos complejos habitacionales. Hoy, el nuevo Acceso Sur y el cercano balneario Costa Sur le modificaron por completo la fisonomía.
Los orígenes
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Don Leopoldo Víctor Lanús llegó a Misiones con el propósito de hacer negocios y prosperar, acicateado por el proceso de colonización que había encarado su primo Juan José Lanusse, gobernador del Territorio Nacional entre 1896 y 1905. El 28 de octubre de 1904 compró entonces las 852 hectáreas que darían origen al poblado y que eran propiedad de don Edmundo Josselin Bony, quien a su vez se lo había comprado a don Francisco Fouilliand.
En 1912 finalizan las tareas de mensura y se divide en parcelas de 50×50 metros -de 25×50 metros las
más chicas- que se ofrece a quienes quieran radicarse en la zona, ya con el nombre de Villa Lanús, según consignaba el ofrecimiento del loteo hecho en el diario El Pueblo.
Además, como un incentivo para quienes quisiesen radicarse en la nueva colonización, las edificaciones estaban a cargo de los constructores López y Enríquez, allí afincados, quienes cobraban costos módicos al igual de lo ocurría con los ladrillos que se producían en las olerías del lugar.
La estación del ferrocarril del Nordeste Argentino y la cesión de espacios para erigir la que luego sería la Escuela 48 “Doctor Nicolás Avellaneda”, la capilla católica Sagrado Corazón de Jesús, la plaza y la subcomisaría (posteriormente transformada en Geriátrico) facilitaron ese proceso y dejaron evidente la visión de progreso que tenía Lanús.
El padre de Leopoldo, don Miguel Lanús, cuyo nombre se impuso a la estación del ferrocarril, llegó a Posadas el 24 de diciembre de 1908 para atestiguar el matrimonio de su hijo con María Concepción Ricci. Por aquella época compró otro campo cercano al de su hijo que bautizó con el nombre de su esposa doña Dolores Garrido Iraola y que hoy es conocido como Campo La Dolores, al que erróneamente se refiere -aún hoy- como campo Las Dolores
Leopoldo Lanús, el fundador
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Don Leopoldo Víctor Lanús nació el 21 de julio de 1871 en la Capital Federal. Fueron sus padres don Miguel Nicolás Lanús del Mármol y doña Dolores Garrido Iraola. Tuvo once hermanos y falleció el 27 de septiembre de 1928 a la edad de 57 años, producto de un cáncer de esófago. Sus restos descansan en el cementerio La Piedad.
Don Leopoldo se instruyó en la Capital Federal y a los 20 años acompañó a su padre a los Estados Unidos, donde permaneció durante dos años. Llegó al Territorio Nacional de Misiones en 1904 con el propósito de radicarse definitivamente y aprovechar la circunstancia de que su primo Juan José Lanusse era gobernador para adherir al generoso plan colonizador de éste.
Se estableció en la estancia San Miguel, donde se dedicó a la ganadería y la agricultura. A los 37 años, el 24 de diciembre de 1908, se casó con doña María Concepción Ricci Giudice, con quien luego tuvo cuatro hijos: Néstor Inocencio, Blanca Dolores, Samuel Nolberto y Margarita Victoria.
Preocupado por el desenvolvimiento de la futura Villa Lanús donó predios para la iglesia, la estación del ferrocarril, la escuela, la plaza, el destacamento policial y otros espacios de uso comunitario.
En 1913 fue designado juez de Paz y encargado del Registro Civil, con asiento en Garupá, mientras continuó con su trabajo de cría, compra y venta de ganado.