Todos buscamos paz, la paz es lo que nos hace sentir libres. Pero, ¿qué hacemos para encontrarla? ¿En qué momentos la buscamos? Mientras en nuestra vida está todo según deseamos generalmente no sentimos necesidad. Pero cuando aparecen problemas en nuestra vida como una separación, duelo o enfermedad, esto hace que empecemos a buscarla.
Nadie puede sentir tu dolor, por eso la búsqueda de la paz es un camino en soledad, a veces complicado, porque nos separa de todo lo seguro. Lo conocido.
Cuanto más lo transito me doy cuenta que estoy sola en este camino de transformación, ya que soy yo la que vivo con mis sentimientos, emociones e historia.
Cuando escucho hablar de este tema en reuniones, aparecen sugerencias que dicen que para encontrar la paz hay que: Practicar meditación. Ser más agradecidos, sonreír más. Respirar y mantenerte tranquilo. Pasar más tiempo al aire libre y en la naturaleza. Ayudar a otros y hacer cosas buenas así te vas a sentir mejor.
Hay muchas otras, pero si en cualquiera de ellas no miramos cómo está nuestro corazón y todo nuestro ser, es difícil que ahí hallemos lo que buscamos.
Cuando hay malestar reflejado en vacío, dolor, el primer paso es enfrentarnos a eso. En mi experiencia, ocuparme de llenar este vacío haciendo estas cosas solo trajo más ansiedad, ya que de alguna manera ocuparme hacía que no piense en lo que estaba sintiendo.
Comencé por trabajar en el perdón y me di cuenta que antes de perdonar a los demás tenía que perdonarme a mí misma por no haber hecho lo que tenía que hacer. Postergar lo que sentía, no hablar temas incómodos, por no querer lastimar a los demás.
También trabajé y sigo trabajando la culpa, ese sentimiento que corroe el alma. Así comencé a comer sin culpa, salir sin culpa, disfrutar sin culpa. Sobre todo, animarme a vivir equivocándome, dándome cuenta que es parte de la vida y que solo así experimento y aprendo.
Buscar la paz y el equilibrio en nuestra vida significa encontrarnos con nosotros mismos y poder vernos completamente, no solo lo que nos gusta y sabemos hacer sino lo que no podemos y lo tapamos por vergüenza o miedo a no ser aceptados.
Hoy podés pensar en tu vida, principalmente en eso que no te deja ser vos mismo, viviendo con culpa y sin paz.
Anímate a poner luz, a mirar dentro de tu corazón y solamente abrazarte, date fuerzas sabiendo que el único amor que te puede sacar adelante es el propio, ese que nos da nuestra alma cuando es escuchada y es donde habita DIOS. Bendiciones.
Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
WhatsApp: 3764-414872