Razón más que suficiente para entender que un castigo a destiempo, retarle, pegarle, gritarle, etc. por algo indeseado que hizo cuando estaba solo o no estabas presente, es totalmente contraproducente.
Solemos creer que el lenguaje corporal de nuestro perro nos está diciendo que sabe lo que hizo y se siente culposo por eso con lo cual nuestro sermón está siendo bien provechoso. Lamentablemente, sucede lo contrario, aumenta la posibilidad de que la conducta se refuerce y en consecuencia se repita.
Los perros no proyectan hacia el pasado y menos aún hacia el futuro, viven pura y exclusivamente en el presente. Por ello, relacionarán la consecuencia a un comportamiento solo si esa consecuencia llega en el momento del comportamiento o unos minutos después.
Cuando llegas a tu casa y ves destrozos te enojas con tu perro, lo que en realidad percibe es lo que está sucediendo en el momento presente en el que coinciden ambos estímulos.
El lenguaje corporal de tu perro tiene como objetivo intentar calmarte y por eso evita el contacto, físico y visual. De ahí se supone que el perro piensa: “Ah!, se enojó, porque oriné o destrocé, si yo no hubiera hecho eso, al llegar no se enojaría …”.
Nada más alejado de la realidad, lo que percibe tu perro es que cuando llegas, EN EL MOMENTO PRESENTE, en el que coinciden dos situaciones, la consecuencia siempre es la misma: ¡Te enojas!
Laura Kuperman
Educación Canina.
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