A través del IMiBio (Instituto Misionero de Biodiversidad) se conoció hoy el resultado de un estudio que determinó la existencia de la especie invasora Craspedacusta sowerbii, conocida como medusa de agua dulce, en distintos cursos de agua de la provincia y de importancia sanitaria. En las personas que tuvieron contactos con ellas se observaron reacciones como urticarias, similares a las que provoca las medusas de agua salada, conocidas como “agua viva”.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la Lic. Cecilia Miranda, del ImiBio, explicó que “básicamente el primer caso que se detectó fue en el arroyo Saltito, cerca de Colonia Aurora, que desemboca en el río Uruguay. Lo que se vio fue que las personas tenían estas urticarias, entonces se procedió a ir a ver el arroyo y se pudo constatar estas medusas”.
Agregó que “las investigadoras que vieron eso dieron aviso al IMiBio, que es la autoridad encargada de otorgar los permisos de investigación en la provincia y ahí se actuó rápidamente, pudieron ir a colectar las medusas y ver los casos clínicos”.
El grupo de investigadoras estuvo integrado por Milena Gisela Casafús, Micaela Andrea Gritti y María Elisa Peichoto, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT) – ANLIS Malbrán; Paula Guimarães, del Hospital Nivel 1 “San Lucas”, en Colonia Aurora (Misiones); Luciana Montalto, del Instituto Nacional de Limnología y la Lic. en Cs. Biológicas, Cecilia Miranda, del Instituto Misionero de Biodiversidad (ImiBio).
El artículo científico, “Medusas de agua dulce en el noreste argentino: un riesgo para la salud humana”, fue publicado en la revista Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene. Allí describen una serie de casos de personas que, luego de ingresar al arroyo Saltito, en Colonia Aurora, sufrieron lesiones en la piel provocadas por medusas de la especie invasora Craspedacusta sowerbii.
Dicha investigación resulta pionera no sólo en la detección de la presencia de C. sowerbii en Misiones, sino también en la descripción de las lesiones causadas por esta especie de cnidario.
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La investigadora contó que “también en el arroyo Cazador, que desemboca en el río Paraná a la altura de la localidad de San Ignacio, se pudo ver otro evento de aparición de medusas. Pero en ese caso, nadie salió con estas urticarias, porque la persona que lo vio, avisó a un guardaparque de la zona, fuimos y pudimos recolectar las medusas”.
Resaltó que “el grupo del INMED logró hacer el perfecto toxicológico de qué es lo que genera. Pero la realidad es que quedan muchos interrogantes. Como es una especie que apareció ahora nos queda saber las hipótesis por las cuales colonizó la provincia, cómo llegó, si está afectando al ecosistema acuático o no, porque eso no lo sabemos. Esto recién empieza. Y de vuelta, destaco el trabajo en conjunto, porque si no, estas cosas no se pueden lograr, más que la situación del país, sabemos que en ciencia está un poco compleja”.
Se estima que pueden haber llegado en barcos desde China
Es una verdadera incógnita saber cómo llegaron las medusas de este tipo a Misiones, pero una de las teorías explicadas por la Lic. Miranda es que “hay barcos, por ejemplo, que salen de China y vienen a la Argentina vacíos de carga. Pero para generar el peso en el bote, lo que hacen es cargarlo con agua de allá. Entonces, salen de China con su agua de río cargada, obviamente con sus organismos del río. Cuando llega acá a Argentina, libera esa agua y la carga con la mercadería correspondiente”.
En la misma línea, la investigadora dijo que “al liberar esa agua, muchas veces llegan organismos vivos que lo que hacen es colonizar nuevos territorios. Así ocurrió con el mejillón dorado y no sabemos si pudo haber sido también el caso de la medusa. Realmente no lo sabemos. Es algo que tenemos toda la intención de seguir estudiando, investigando”.