El estadio de la Nueva Olla de Paraguay vio como Racing Club “cocinó a fuego lento” una gran victoria sobre Cruzeiro de Brasil por 3-0 y, en la tarde de este sábado, saboreó un enorme triunfo para consagrarse campeón de la Copa Sudamericana de fútbol.
El defensor Gastón Martirena, más los delanteros Adrián y Roger Martínez anotaron los goles del conjunto dirigido por el ídolo académico, Gustavo Costas, quien se merece un párrafo aparte en esta gran conquista del pueblo racinguista.
La Academia tuvo la posibilidad de abrir el marcador a los cinco minutos, es más lo hizo a través de Gastón Martirena, pero el gol fue revisado por el VAR que determinó que hubo posición de Maximiliano Salas en el inicio de la jugada que terminó con el balón en el fondo de la red. El árbitro Esteban Ostojich anuló el tanto y todo a empezar de cero.
El partido en La Nueva Olla comenzó como lo qué fue: una final. Ninguno de los equipos se pudo imponer en el juego. Hasta que Martirena tuvo revancha, casi de manera inmediata, diez minutos después.
La Academia presionó en la salida de Cruzeiro por una, dos y tres veces, bien alto. El uruguayo recibió el pase de Juanfer Quintero y sacó un centro con tanta buena suerte que el balón se metió por arriba del arquero Casio para besar, otra vez, la red y desatar la locura albiceleste.
Pero, como dice el refrán: el que pega primero, pega dos veces. Y en menos de cuatro minutos Racing volvió a golpear. Esta vez, Salas partió bien habilitado y metió un centro fuerte, preciso, para que Maravilla Martínez solamente tenga que empujar la pelota y marcar el segundo tanto de una Academia efectiva al cien por ciento.
La rápida ventaja tranquilizó a Racing, que ya no salió tan alto a presionar, más bien se dedicó a robar el balón en la mitad de la cancha y ajustar sus líneas para no quedar mal parado en defensa. La táctica de Costas funcionó a la perfección porque los brasileros no supieron como perforar la defensa académica y, Racing, cada vez que pudo apostó a una pelota larga para sus veloces delanteros.
A pesar que el director técnico Fernando Diniz movió piezas en el primer tiempo, Cruzeiro no reaccionaba y así se iban al descanso con el marcador 2-0 a favor de Racing.
Aguantó, sufrió y festejó
En el segundo tiempo, el equipo brasilero rápidamente se puso a tiro con el gol de Kaio Jorge, quien no falló ante Gabriel Arias y con un toque suave descontó el tanteador y alimentó las esperanzas del conjunto brasilero.
Cruzeiro empujó en busca de la igualdad, pero la Academia se cerró bien atrás y su mediocampo presionó en bloque nuevamente para no dejar espacios libres. El ingreso de Bruno Zuculini le dio a Racing un hombre más en la mitad de la cancha y refrescó la delantera con el ingreso del colombiano Roger Martínez.
En los últimos diez minutos del juego, Cruzeiro fue con todo en busca del empate. El DT argentino, apostó por colocar un defensor más como Nazareno Colombo y cerró sus líneas defensivas. Diniz, en tanto, puso más atacantes para llegar el empate.
La estrategia final del entrenador nacional fue perfecta, como en toda la copa, no sólo porque aguantó el marcador, sino porque Roger Martínez le puso el moño a una enorme victoria. La Academia cortó una sequía de 36 años sin títulos internacionales, de la mano de un Costas que ya es “eterno” en la historia del club.