Gracias al programa “El Central en Acción”, que se implementó en colaboración con la Red Alimendar, con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos y garantizar que los productos lleguen a las personas que más los necesitan, en tras solo cuatro meses se rescataron más de 10 mil kilos de alimentos frescos que se iba a echar a perder.
A lo largo de este tiempo, los operativos de recuperación de alimentos recolectaron una gran variedad de productos, principalmente frutas, verduras y hortalizas, muchos de los cuales habrían sido descartados por razones comerciales, pero que aún se encontraban en condiciones aptas para el consumo.
Entre las donaciones más destacadas, se pueden mencionar los más de 8.000 kilos de cebolla entregados a comedores comunitarios posadeños, beneficiando directamente a cientos de familias.
“El trabajo que realizamos con la Red Alimendar y los operadores del mercado fue crucial para aprovechar al máximo los alimentos que recibimos. No solo ayudamos a miles de personas, sino que contribuimos a una economía más solidaria y sostenible”, dijo Fernando Toledo, presidente del Mercado Central de Misiones.
El funcionario destacó que este esfuerzo no solo tuvo un impacto positivo en la lucha contra el desperdicio, sino también en la economía local.
De hecho, de acuerdo a las palabras del presidente, esta es una muestra palpable de cómo los excedentes alimentarios pueden convertirse en un recurso valioso para aquellos que más lo necesitan, ayudando a aliviar la situación de vulnerabilidad de muchos hogares capitalinos
Alianzas y beneficios
Gionas Borboy, representante de la Red Alimendar, enfatizó por su parte la importancia de este tipo de alianzas.
“Estas acciones son el reflejo de cómo, con una organización efectiva y compromiso, transformamos lo que podría haberse perdido en una oportunidad para mejorar la calidad de vida de muchas personas. Trabajar junto al Mercado Central ha sido clave para combatir el hambre y lograr una sociedad más justa y equitativa”, afirmó.
No obstante, el programa, además de ser fundamental para las familias que reciben los alimentos, también beneficia al mercado, porque ayuda a reducir la cantidad de productos que deben ser descartados, lo que impulsa una economía circular, y optimiza un 100% el uso de los recursos disponibles.