El tamaño no importa porque él puede pasearse por todo un hospital sin ningún problema. Hablamos del Dr. Peyo, el caballo que conquista los corazones de todos los que pasan a su lado y también de quienes lo ven por las redes sociales.
En general, la mayoría de los seres humanos coinciden en que los animales ayudan a las personas enfermas ofreciendo beneficios emocionales y físicos que complementan el tratamiento médico.
Se dice que su intuición les permite detectar el estado de ánimo de los humanos y que brindan compañía, algo que reduce el estrés, la ansiedad y la sensación de soledad.
Varios estudios han demostrado que estas interacciones de humanos y animales pueden reducir la depresión y mejorar el sistema inmunológico, además de facilitar la recuperación emocional, especialmente en personas sometidas a tratamientos prolongados o paliativos.
Bueno, de todo lo dicho existe este caso puntual que confirma las afirmaciones y es el caso del Dr. Peyo.
Es un caballo de Calais, Francia, que junto con su entrenador, Hassen Bouchakour, trabaja como voluntario en el Hospital local, acompañando y apoyando a pacientes que tienen graves enfermedades, como el cáncer.
Pero no solamente acompaña a esos pacientes terminales sino que además parece que detecta ciertos padecimientos incluido el cáncer y lo hace de tal manera que hasta ahora sigue desconcertando a los especialistas.
El caballo, que antes era empleado en espectáculos ecuestres, comenzó a mostrar comportamientos inusuales que su entrenador notó rápidamente. Pronto se dio cuenta de que Peyo elegía acercarse únicamente a personas que curiosamente se encontraban enfermas.
En su rol como acompañante de pacientes, Peyo señala las habitaciones en las que quiere entrar, pasando hasta varias horas junto a algunos de los enfermos, ofreciendo calma y apoyo emocional.
En la comunidad médica, su capacidad para reconocer enfermedades ha suscitado debates y ha llevado a algunos expertos a plantear que podría tratarse de un “comportamiento disfuncional” vinculado a un tipo de autismo animal, aunque otros dudan de que esta condición pueda manifestarse en animales de esta forma.
Peyo ha demostrado un impacto positivo en la salud emocional y general de los pacientes, quienes aseguran sentir mejoras tras su visita. El hospital ha acogido sus habilidades con asombro, viendo en él un recurso excepcional para el bienestar de los pacientes.
La terapia asistida con animales, cada vez más respaldada por estudios, demostró numerosos beneficios para personas en diversas etapas de enfermedad.
Y bueno, los animales, conocidos por su sensibilidad y su “sexto sentido” para captar el estado emocional de quienes los rodean, son un recurso cada vez más apreciado en terapias para personas con diversas dolencias.
Su intuición y cercanía brindan compañía y alivio, generando un efecto terapéutico tanto en niños como en adultos.
Lo bueno de estos avances es que los humanos están aprovechando esas habilidades animales para sumarlos como terapias alternativas.
Nada es casual y cada vez son más los animales que se “ofrecen” a colaborar con los humanos. Los caballos particularmente son compañeros de terapistas en diferentes afecciones como el autismo. Pero también les contaremos de los caballos reikistas que vimos.