“Acá combatimos la violencia de género y el femicidio, el que esté del otro lado queda afuera directamente y hasta que se resuelva la situación judicial, como es el caso del doctor Federico Aurelio Esquivel”, dijo Edgardo Aló, presidente de la Fundación Carolina Aló, respecto al abogado posadeño que fue denunciado por su expareja.
Aló preside la ONG que lleva el nombre de su hija, quien fue asesinada a los 17 años y de 113 puñaladas el 27 de mayo de 1996, por su novio Fabián Tablado.
En diálogo con este Diario, Edgardo Aló anunció que “Esquivel (el abogado del foro local que representaba a su Fundación en Misiones)dejó de formar parte de la misma y hoy (por ayer) se lo comuniqué a primera hora de la mañana”.
El padre de Carolina se dedica a través de la organización no gubernamental que preside, a la defensa y acompañamiento de las mujeres víctimas de violencia de género.
Tal como publicó el pasado miércoles y en exclusiva este Diario, el abogado de 54 años de Posadas y que se desempeña en el fuero penal local, fue denunciado por su expareja por amenazas reiteradas de violencia extrema con arma de fuego, insultos constantes, golpes y un cuchillo apoyado en el cuello delante de sus hijas, entre otros detalles. La víctima, una médica de 47 años, reside también en la capital provincial.
“Me enviaron la publicación”
“Ayer (por el miércoles), me enviaron la publicación de PRIMERA EDICIÓN, estamos en Buenos Aires y obviamente lo que pasa en Posadas y en Misiones en general si no lo vemos en los medios no sabemos absolutamente nada. Lo primero que hice fue comunicarme con la exmujer para confirmar y tras dialogar con ella decidimos desde la fundación excluir a Esquivel. De todas maneras, nosotros ante la primera sospecha desafectamos a alguien que tiene ese tipo de denuncias. Fue lo que determinamos hoy a la mañana (por ayer). Llamé también al abogado, quien me dio su propio argumento. En definitiva, le comuniqué al doctor Esquivel que decidimos excluirlo del staff de profesionales hasta que haya un dictamen firme. No tiene más representatividad en la fundación. Y esta determinación se la informamos a los demás integrantes”, expresó Edgardo Aló respecto a la secuencia de las situaciones que derivaron en que el letrado termine fuera de la citada ONG.
Luego el padre de Carolina Aló, quien tiene 76 años, aclaró que “con esta tesitura nosotros queremos que no se vea afectada la fundación, para que aquellos que quieran ensuciarnos no lo tomen de esa manera. Esto es un problema personal del abogado que nosotros no podemos aceptar y además no tenemos nada que ver. La Justicia sabrá lo que tiene que determinar”.
La denuncia
El pasado miércoles este Diario expuso que el abogado que fue denunciado y que incluso se autodenominaba representante de la fundación Carolina Aló en Misiones, era investigado desde el jueves 10 de octubre pasado en el Juzgado de Instrucción 6 de Posadas.
El juez Ricardo Walter Balor y el fiscal René Germán Casals, le iniciaron una causa por amenazas y violencia de género y familiar que presentó la profesional de salud y quien enfrenta, atemorizada, los reiterados incidentes que provocaría el acusado, según su testimonio, desde 2021.
Por amenazas similares en el Juzgado de Violencia Familiar 1 también se abrió una causa hace poco más de un año y cuyas primeras averiguaciones y pericias derivaron en una orden de exclusión de hogar y restricción de acercamiento a las víctimas para el apuntado. En parte de su denuncia, la mujer manifestó: “Tenemos problemas de pareja desde hace muchos años. En 2021 él se fue de casa, abandonó el hogar, nunca se puso en contacto con sus hijas, nada. Hasta febrero de 2022, que se fue a vivir al hotel Julio César. Los primeros días de marzo del 2022 vuelve a mi casa, al departamento. En diciembre de 2023 volvimos a tener conflictos de infidelidad. Lo descubrí, hubo una pelea y él se fue del departamento. Ahí hice la denuncia en la Comisaría de la Mujer y el juez Alfredo Olmo Herrera (Violencia Familiar) dictaminó que se lo excluyera del hogar”.
“Luego me llevó a la Comisaría de la Mujer y ahí yo tuve que relatar que estaba pasando una situación de estrés y angustia y tuve que mentir”, expresó.
Bajo este contexto de miedo y reiterado maltrato, la médica intentó soportar y contener a sus hijas: “Hasta el 1 de octubre. Estábamos solos, mis hijas en el colegio (…) Veo que le llega un mensaje de Whatsapp, yo le pregunto quién le escribía y él me responde ‘qué te importa’. Le pido que no me falte el respeto y me dice que tenía un arma y que estaba podrido. ‘Ya sé con quien la voy a usar’, me amenaza y sube las escaleras. Después bajó y le dije atemorizada que esto no da para más y que por favor se retirara de la casa. Se fue con lo puesto”.
“Mi hija se fue sola al hotel y se encuentra con su padre en la escalera y él le pregunta qué venía a hacer, ella le reclamó porque era tan malo con nosotras. En ese momento, mi hija se desespera y grita y él llamó a la policía para que la detengan porque ‘está alcoholizada o drogada y me viene a molestar’, mintió. La patrulla se llevó a mi hija a la comisaría”. La hija mayor involucrada -de 17 años- dijo en Cámara Gesell que fue “víctima de violencia psicológica, económica y verbal”.