Ya nos estamos acostumbrando a que el verano bata récords de temperatura año tras año en la Argentina. Durante enero y febrero de 2024, el país entero soportó temperaturas extremas, convirtiendo al territorio nacional en uno de los países más calurosos y húmedos de todo el continente.
Esta ola de calor, que se repetirá en 2025 según los pronósticos, con especial incidencia en Misiones, no solamente tiene lugar durante el día, sino que también ocurre de noche, cuando las temperaturas permanentemente altas afectan el buen descanso e incluso la salud.
En ese contexto, ¿cómo dormir correctamente con temperaturas elevadas?
Una persona adulta necesita dormir entre siete y ocho horas para tener un sueño reparador y así lograr una calidad de vida óptima. Dormir menos de siete horas puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades.
El problema es que la continuidad sostenida de noches agobiantes, que en algunas localidades del país alcanza los 40 grados de sensación térmica, hace que, irremediablemente, tengamos que recurrir a una estrategia de climatización.
La utilización de ventiladores de techo o de pie es una opción popular y al alcance de la mano para intentar suavizar las noches de verano.
Por otro lado, la tecnología inverter de los aires acondicionados tiene ventajas significativas para el descanso y la salud. Además de consumir menos energía que los aires acondicionados regulares, la tecnología inverter acondiciona la temperatura de la habitación para mantenerla fresca y agradable de manera gradual. Asimismo, controla la humedad del aire, lo que evita la sequedad en garganta y nariz; el bajo nivel sonoro logra dejar atrás los ruidos exteriores. Por último, reduce el estrés generando un clima óptimo para el descanso reparador.
En términos de consumo, es necesario saber que por cada grado que desciende la temperatura, provocamos un aumento de un 8% en el consumo energético. Por tanto, no es conveniente regular el termostato a una temperatura muy baja, sino que es preferible que se enfríe progresivamente. De este modo alcanzaremos la temperatura confort poco a poco, que en verano se calcula que debe estar entre 24 y 26 grados.
Además, no es conveniente que exista una gran diferencia de temperatura entre el exterior y el interior.
Efectos en la salud
El cuerpo necesita mantener una temperatura interna constante para funcionar correctamente. Cuando hace calor, el cuerpo tiene que trabajar más para eliminar el exceso de calor, lo que puede dificultar el proceso de conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.
Según los especialistas, el cuerpo descansa mejor entre 24 y 25 grados de temperatura ambiente. Por eso cuando la temperatura es más elevada, solemos despertarnos y no descansamos bien.
Dormir entrecortado y menos de siete horas aumenta el riesgo de padecer enfermedades, como problemas cardiacos o problemas metabólicos. También aumenta el riesgo de tener presión alta y arritmias.
Fuente: iProfesional