Con una amplia carrera en la TV y el cine, la actriz Celeste Cid vivió años sin hacer público el acoso que sufre por parte de un hombre desde que ella tiene 15 años. “Este es un botón antipánico”, mostró en sus redes. En una serie de historias de Instagram, la actriz relató el calvario que vive desde su adolescencia, donde incluso llegó a recibir profilácticos usados de parte de su acosador.
“Cuando tenía 15 años empecé a recibir regalos de una persona en mi lugar de trabajo: cajas con fotos mías recortadas de revistas junto a decenas de preservativos usados, y cartas, muchas cartas. El tiempo pasó y las redes sociales volvieron a traer a esta persona, quien no sólo no paraba de escribirme a mí por cuanta vía encontrara, sino que además lo hacía con mi familia, mis amigxs, conocidos y compañerxs de trabajo”, contó.
“Ante los bloqueos a los que tuvimos que recurrir -a las reiteradas cuentas que esta persona seguía abriendo- empezó a cambiar el volumen y cada vez fueron más fuertes el hostigamiento y las amenazas”, continuó.
En otra historia, Cid explicó cómo esta persona se le presentó en Uruguay, donde no tiene nada que lo frene a acercarse a ella, a diferencia de Argentina, donde tiene hecha una perimetral. “Este es el segundo botón Antipánico que tengo, debido a que esta persona se presentó en la Feria del Libro de Uruguay (donde estuve hace casi 2 meses), y al estar fuera de Argentina (en donde tiene una perimetral y no puede acercarse) tuvo la lucidez de hacerlo allí, donde la perimetral no tiene alcance”, explicó.
Ante la presencia del hombre que la acosa desde hace décadas, señaló que “por suerte la policía pudo reconocerlo y frenarlo antes de que llegue a la sala donde me encontraba presentando mi libro. Estamos a la espera de que un juez vea la gravedad del comportamiento sistémico que esta persona mantiene por más de 20 años. Hoy, ya me genera miedo. No puedo desoír sus amenazas”.
Con tanto tiempo sufriendo esta situación, Cid se cuestionó el trato de la Justicia ante los casos de acoso: “Ayer pensaba: ¿por qué termino yo con la sensación de ser la que está ‘encerrada’, con un botón Antipánico y un policía en la puerta de mi casa cuidándome de las amenazas? ¿No debería ser al revés? ¿Yo caminando tranquila por la calle, yendo y viniendo, y él recibiendo el tratamiento adecuado?”.
Ante esta situación, compartió que “me queda esta sensación, la de un sistema que con sus leyes y tiempos sigue poniendo a las mujeres en una zona de encierro, y a las personas que necesitan sostén en salud mental: en una zona de abandono”.
Fuente: Agencia de Noticias NA