En Argentina, las altas capacidades suelen estar asociadas a niños con habilidades cognitivas excepcionales en ciertas áreas, pero a menudo enfrentan desafíos relacionados con su desarrollo emocional, social y educativo. La falta de comprensión e infraestructura adecuada hace que muchas familias no sepan cómo abordar este diagnóstico.
La Asociación Argentina de Altas Capacidades eligió a cuatro representantes en Misiones para acompañar a las familias que transitan este camino: Valeria Drescher, Dorelia Robledo Marcosani, y el matrimonio conformado por Cinthia Daniela Ferreira y Diego Luján Olivera.
Estos delegados conversaron con PRIMERA EDICIÓN sobre su trabajo y las dificultades que enfrentan para garantizar que estos niños reciban el apoyo que necesitan.
Valeria Drescher, de Montecarlo, es madre de un niño con altas capacidades y desde hace más de dos años acompaña a su hijo de 9 años y a otras familias. “Mi rol como delegada es estar para quienes están comenzando este camino, ayudarlos en los pasos a seguir, cómo presentar informes, y que sepan que no están solos”, explicó Drescher. También impulsa proyectos de ordenanzas municipales para visibilizar esta temática y promover formación docente.
Desafíos frecuentes
En Aristóbulo del Valle, Cinthia y Diego Luján enfrentan un panorama marcado por la falta de profesionales especializados. “Ambos somos voluntarios y padres de dos niños con altas capacidades. Nos contactamos con especialistas en Buenos Aires para obtener un diagnóstico, porque aquí no contamos con los recursos necesarios”, explicó Diego. La pareja comparte su experiencia para orientar a otros padres y abordar desafíos frecuentes en la educación, como la gestión emocional y la falta de comprensión en las aulas.
“Se sigue asociando este diagnóstico a una sobreestimulación en el hogar o falta de límites. A veces llegamos a un callejón sin salida por la ausencia de recursos profesionales, pero seguimos contando nuestra experiencia para ayudar”, agregó Diego, quien también resaltó las características especiales de estos niños: “Son profundamente curiosos, con gran sentido de la justicia e interés por ideas complejas, pero también vulnerables”.
“Aprendizajes felices”
En Posadas, Dorelia Robledo Marcosani, coordinadora pedagógica del Instituto Horacio Quiroga, aporta su experiencia como educadora y madre. “Me formé en la Asociación para buscar estrategias que permitan aprendizajes felices para estos niños”, comentó. Robledo destacó los logros obtenidos a nivel provincial, como la implementación del Proyecto de Trayectoria Individual (PTI) para niños con altas capacidades, un instrumento legal que ya está en funcionamiento en las escuelas de Misiones.
El trabajo conjunto de los delegados y la Asociación busca visibilizar este diagnóstico en un contexto donde aún predomina el desconocimiento. Además, se esfuerzan por implementar cambios significativos en el sistema educativo para garantizar que el potencial de estos niños no sea desatendido.
“Es fundamental que los docentes puedan identificar y acompañar a estos estudiantes, y que las familias cuenten con apoyo. Este diagnóstico no es una etiqueta, es una oportunidad para brindar a los niños las herramientas que necesitan para desarrollarse plenamente”, comentó Marcosani.
La elección de estos representantes en Misiones es un avance para poner en agenda la educación inclusiva y destacar que las altas capacidades requieren atención, tanto desde la pedagogía como desde la empatía.