“La Armada Argentina es oportunidad de crecimiento profesional”, afirma con orgullo Héctor Gabriel Winck, un joven oriundo de El Soberbio, que cambió los paisajes rurales por la inmensidad del océano. Con 24 años y siete dedicados a la Armada Argentina, este misionero se ha convertido en un ejemplo de cómo la vocación y el esfuerzo pueden transformar vidas.
Gabriel, criado en el campo junto a sus abuelos maternos, no imaginaba que algún día formaría parte de las Fuerzas Armadas. Su vida tomó un giro inesperado en 2016, durante una exposición de carreras universitarias en Misiones, donde conoció las oportunidades que ofrecía la Armada.
Fascinado por la posibilidad de viajar y navegar, no dudó en inscribirse al terminar el secundario.
“Al principio no sabía nada de la vida militar, pero escuchar cómo un suboficial había recorrido varios países me motivó a intentarlo”, recuerda.
Su camino en la Armada comenzó en 2017, al ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA). Allí, Gabriel descubrió su pasión por la especialidad de Armas Submarinas, que lo llevó a destacarse en su promoción. Posteriormente, realizó el curso de submarinista en Mar del Plata y vivió experiencias inolvidables, como su práctica profesional con la Marina de Guerra del Perú.
“Fue una de las mejores experiencias de mi vida; aprendí muchísimo y fortalecimos la hermandad entre ambas naciones”, comenta con entusiasmo.
El presente en la corbeta ARA “Robinson”
Actualmente, Gabriel cumple funciones en la corbeta ARA Robinson, donde desarrolla diversas tareas esenciales para la navegación y la defensa del buque. “Me encanta navegar. En el mar, el servicio a la Patria se siente más intenso”, afirma.
Entre sus roles destaca como operador de los tubos lanza torpedos (TLT) y como timonel en el Puente de Comando. Además, participa en maniobras marineras y tareas de lucha contra incendios. “La especialidad de Mecánico en Sistemas de Armas Submarinas es lo que me apasiona; cada día me enseña algo nuevo”.
Para Gabriel, la Armada ha sido una oportunidad de crecimiento profesional y personal. “La Institución te devuelve todo lo que das y más. Si estás buscando un cambio, la Armada te brinda muchas posibilidades. Yo no cambiaría esta vida por nada”, concluye.
Mientras Gabriel avanza en su carrera, la corbeta ARA Robinson continúa con su labor en el mar Argentino, patrullando y controlando los espacios marítimos en defensa de los recursos naturales y la soberanía nacional. A pesar de las adversidades meteorológicas, la tripulación se adiestra constantemente, reforzando los principios estratégicos de la Defensa Nacional.