El año pasado, un hombre fue denunciado por haber abusado de una niña, situación tras la cual la menor de 11 años quedó embarazada de gemelos. Pruebas de ADN confirmaron que él era el progenitor. La causa avanzó, fue elevada al Tribunal pero antes de sentarse en el banquillo pidió un juicio abreviado.
El mes pasado, Claudio Batista de Lima (38) tenía fecha de debate en el Tribunal Penal de Oberá, pero ante la carga probatoria en su contra, era prácticamente imposible que pudiera sostener que era inocente de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por daño resultante grave a la salud mental y física de la víctima, varios hechos en concurso real”.
El fiscal subrogante ofreció al imputado y a su defensa aceptar un acuerdo para abreviar el juicio. Previamente tuvo que reconocerse como autor y responsable penal de los hechos. Aceptó una condena de 17 años de prisión y firmó el acuerdo que fue elevado a las autoridades del Tribunal. Si decidía ir a debate podía caberle una pena mayor al momento de la sentencia.
Cuando ocurrió el caso, este no trascendió a la opinión pública por la crudeza del hecho y porque una menor había sido la víctima.
Ocurrió en un paraje perteneciente a la localidad de Colonia Alicia, el cual se omite el nombre para preservar la identidad de la víctima.
En marzo de 2023, la madre comenzó a notar cambios físicos en el cuerpo de su hija, además de observarla descompuesta y que se le había interrumpido el ciclo menstrual. Por ello la llevó al hospital.
Justamente, el profesional que la atendió era parte del Cuerpo Judicial Forense y tras analizar los primeros síntomas, ordenó estudios complementarios que confirmaron que la menor gestaba un embarazo de mellizos producto de un abuso sexual.
Hasta ese momento ella no había contado nada y forzada por la situación respondió las preguntas de su madre.
Relató que desde hacía algún tiempo, Claudio Batista de Lima, a quien ella consideraba su tío porque era conocido de la familia y padre de sus amigas, llegaba a la casa cuando su mamá se ausentaba para asistir a su trabajo. Si bien el núcleo familiar de la víctima estaba compuesto por otros hermanos pero con ausencia del padre, el agresor sexual de profesión chapista, buscaba las oportunidades para presentarse y abusar de la menor. Si bien no pudieron confirmarse amenazas de parte del imputado, ella había manifestado tenerle miedo.
La denuncia fue radicada en la comisaría de la Mujer de 25 de Mayo y tras el acompañamiento de equipos interdisciplinarios, rápidamente la justicia de instrucción ordenó que se le practicara un aborto terapéutico. La niña cursaba una gestación de trece semanas. Tomaron muestras de ADN a los fetos, que tras cruzarlos con información genética de Batista de Lima, confirmaron que él era el abusador.
Hace pocas semanas el fiscal Estanislao Elías Bys ofreció al acusado y a la defensora oficial Flavia Valenzuela el juicio abreviado.
Los magistrados Franciso Aguirre, Horacio Gabriel Paniagua y Jorge Erasmo Villalba lo analizaron y homologaron con sentencia.