A días de la celebración de la Navidad y de Reyes, fechas en las que a través de la historia se acostumbra intercambiar regalos, saber qué tipo y cuáles son los más recomendables para un niño, muchas veces resulta complejo. Sin embargo, la licenciada en psicología, Cecilia Castillo, brindó una serie de consejos muy prácticos y que permiten saber que los niños desde los tres años “ya saben pedir o elegir un juguete” y que tanto los celulares como otros juegos vinculados a la tecnología, son aceptados, a partir de los ocho años pero con control de los padres.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Castillo dijo que “los regalos de Navidad tienen que ver con el jugar y el tema de los celulares, play y tablets lo son. El tema es que recae en los adultos la responsabilidad de poner límites con el uso de las redes, internet, con la cantidad de tiempo que utilizan las aplicaciones o los aparatos móviles. Entonces debemos marcar qué está mal y qué está bien. Me parece que si algo sirve para jugar y de alguna manera puede llegar a generar creatividad en el niño, sirve”.
Recordó que los niños empiezan a tener conciencia lúdica “desde que son bebés. Pueden jugar con una pelota, un autito, con cualquier objeto que pueda ir y venir. Hay todo un estudio sobre eso que es muy antiguo, pero lo que tiene que ver con elegir o pedir un juguete, lo podemos ver un poquito más entre los tres y cuatro años. Vas a una juguetería con el chico y él va solito, agarra un juguete y dice quiero esto, te lo pide, entonces ahí empezamos a marcar el deseo, el querer jugar a eso, que es lo que le gusta. Está bueno que marquen eso porque también vemos que no todos los chicos piden lo mismo”.
En cuanto a qué juguete ofrecerles para estimular la creatividad y el desarrollo intelectual, entre otros aspectos, Castillo opinó que “entre los dos y tres años, está bueno lo que tiene que ver con juegos que impliquen destreza, movilidad, el uso de las manos, los ladrillitos y los autitos. Por ahí entre los tres y cuatro años los chicos empiezan por acercarse a lo que tiene que ver con el juego simbólico, así va a haber niños que van a elegir las muñecas, los bebés, por ahí los niños eligen más la pelota y lo que simboliza ese juego”.
Siguió detallando que “ya entre los cinco y seis hay un tema también porque tienen esa elección de los juguetes que se pueden llamar de alguna manera los típicos, los que conocemos los papás, se acercan a los juegos de mesa, pero hay un uso masivo con el celular, con las redes, con jugar en línea, que debería ser desde los ocho”.
Los muñecos de superhéroes son muy elegidos por los niños, “son los que están de moda, que ellos ven en la televisión, pero también tiene que ver la juguetería a la que uno los puede llevar. Con el tema de los superhéroes uno estimula la creatividad y el niño a través de ese deseo de tener una representación, que es el juguete, puede hacer lo que en la vida real por ahí todavía no tiene el conocimiento de si sucede o no, pero le permite ese juego poder hacerlo, completar esa fantasía, ese deseo a través de los superhéroes”.
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La recomendación es preguntar
La psicóloga resaltó que, de los ocho años en adelante, para regalarle “hay que conocer un poquito más al niño. Ahí está bueno, por la edad que tiene, acercarse y preguntarle qué le gustaría, porque no siempre tiene que ser una sorpresa y esperar la satisfacción en esa sorpresa o sea, tienen una edad en la que ellos saben elegir y está bueno que también el adulto se acerque y pregunte”.
Consideró que “a esa edad las niñas elijen un poquito más lo que tiene que ver con maquillaje, cuestiones que van marcando las diferencias de género y a los varones les tira un poquito más lo que es el deporte, la pelota, depende de qué deporte realicen, por supuesto”.
En relación a si el juguete tiene género, Castillo apuntó que “yo no digo que tiene género, para mí cada niño elige y puede encontrar de todo, pero sí, de alguna manera los adultos tenemos mucho que ver en eso, porque está en lo que nosotros permitimos o no. Para mí no está bien que un adulto condicione, es una opinión personal. Yo veo en mi consultorio que los chicos juegan a todo, no hay una cuestión de género”.
En la misma línea, la profesional afirmó que la generación actual de niños no tiene la mirada del celeste para niños y rosado para las niñas, “no se cuestionan como que fuese un problema, lo marcamos más los adultos, ellos en cambio no, lo notamos a diario”.
Capricho, aprender a decir no y decepciones
Castillo también planteó que en determinado momento un niño puede llegar a hacer un “capricho” y exigir la compra de determinado juguete, y dijo “eso es muy normal, digamos que se ponga intenso, por llamarlo de alguna manera, con el quiero, con que tengo derecho a tenerlo. Pero eso nos remarca como siempre en qué consiste el ser padre, hasta dónde me animo a marcar la autoridad, los límites, que es mi obligación como padre”.
Indicó también que “considerando la fecha próxima de Navidad, de lo que implica la fantasía del Papá Noel, sería bueno pasar por una juguetería, pero para conocer a nuestro hijo, a nuestro sobrino, saber qué le interesa, indagando, aprovechar y alimentar esa creatividad, esa fantasía de lo que implican las fiestas”.
Aclaró que debe tenerse presente que “en este caso hay un Papá Noel y que tiene que ver que si te trae un regalo es porque hiciste algo bueno este año, porque pudiste cumplir una meta, no es un regalo porque sí nomás”.
Acerca de qué impacto puede tener en un chico que no le regalen lo que pidió o quisiera, aseguró que “las decepciones suceden, son parte de la vida, me parece que no estaría mal si pasa, no creo que sea un problema mayor”.
Recordó que “hay tres reglas conocidas a la hora de pensar el regalo y son: algo que necesiten, que te puede tirar un poquito más a la edad preadolescente y adolescente. La otra, es algo que sirva para leer. Y la tercera, que ambas sirvan para jugar y mejorar el vínculo familiar, porque las navidades son para compartir”.
Compartir el juego vincula
“El maquillaje me parece una excusa perfecta para compartir el vínculo, para jugar juntas, con mamá o con papá. Conocemos también de las niñas que maquillan a los padres o al tío, hemos visto y me han contado en el consultorio. El juego refuerza el vínculo, así que cualquier adulto que se preste a jugar va a ser recomendable”, destacó la licenciada en psicología, Cecilia Castillo.
Además, remarcó que regalar tecnología requiere “que los adultos nos interioricemos en qué están jugando, cómo se juega, a lo mejor probar jugar también para conocer cómo es el uso de esa tecnología”.
Y sobre las edades, “es muy particular, yo considero que entre los 7 y los 8 años sería lo recomendable empezar con la tecnología, pero insisto con los límites, con las cantidades horarias marcadas, que no es lo que más sucede”.