Técnicos del INTA y diferentes productores de la provincia evalúan los efectos del uso de nanotecnología aplicada a la agricultura, para mejorar y optimizar cultivos en la región, aparte de los emblemáticos como la yerba mate y el té.
Claudio Weremchuk, asesor de Las Amalias Agroindustrial SRL, que trabaja con esta tecnología, explicó a Eco&Agro cómo a través de un enfoque innovador de esta tecnología se puede mejorar la producción agrícola, optimizando el uso de recursos y preservando el medio ambiente, destacando los avances logrados en la provincia.
“La nanotecnología nos permite trabajar de forma altamente eficiente, nuestros productos tienen como base minerales de muy alta pureza que, mediante un proceso físico, son llevados a un tamaño dentro de la escala nanométrica. Para poner en contexto, existen dos métodos para obtener nanomateriales: TOP DOWN (proceso físico) y BOTTOM UP (proceso químico). Nosotros optamos por el primero, ya que imita los procesos naturales al reducir físicamente el tamaño de los minerales para ponerlos luego en suspensión líquida”, explicó Weremchuk.
“Trabajamos junto a la empresa argentina Kioshi Stone SA, pionera en este campo, destacando que este producto es desarrollado íntegramente en argentina, por argentinos. Teniendo desarrollos a lo largo de todo el país en diferentes tipos de cultivos y suelos; estando presente en países de la región con resultados positivos y alentadores”, agregó.
En los suelos de la provincia, ricos en diversidad pero con desafíos específicos, han sido ideales para implementar esta tecnología. “Con el INTA tenemos firmado un convenio de desarrollo para toda la provincia, con el INTA A.E.R. de Eldorado estamos trabajando en varios tipos de cultivos, como ser mandioca, mamones, melones, horticultura, etc.”, agregó. Asimismo, advirtió que “en la Estación Experimental INTA de Cerro Azul, llevamos adelante trabajos en yerba mate, té, frutas tropicales, entre otros”.
Manejo agrícola
Uno de los grandes logros de la nanotecnología en Misiones se ha dado en el cultivo de yerba mate. En colaboración con profesionales del INTA, se desarrollaron protocolos específicos para este cultivo clave en la economía provincial. Según Weremchuk, el proceso comienza con un análisis detallado del suelo para determinar las necesidades específicas de cada lote.
“Como ejemplo, trabajamos en una chacra donde la producción estaba en franca caída, con plantas donde no se conocía el origen y rendimientos de apenas 3.000 kilos por hectárea. Lo primero fue detener la caída de la producción, trabajando en mejorar las condiciones del suelo con diferentes herramientas, entre ellas nuestros productos con nanotecnología mineral. Luego diseñamos un plan de trabajo acorde a las condiciones del productor y el cultivo para revertir la situación, logrando mejoras en el sistema y, como resultado, incrementamos la producción. No se trata de nada mágico, es una herramienta más que cuenta el productor”.
Estos productos con nanotecnología han permitido no solo aumentar la productividad sino también mejorar la resistencia de las plantas al estrés por temperatura e hídrico, algo fundamental en un contexto de cambio climático.
Enfoque integral
El trabajo con nanotecnología no se limita a un único componente del sistema agrícola. Weremchuk destaca que el enfoque es integral, considerando al suelo, las plantas y los microorganismos como partes de un todo interconectado.
Debemos destacar que dentro de la línea de productos que tienen, cuentan con la línea TPS con certificación Nacional e Internacional para su uso en agricultura orgánica.
“Esto nos permite trabajar en varios niveles: desde la corrección del suelo, la nutrición de la planta, mejorar la actividad microbiana, todo esto en conjunto contribuyen a la obtención de buenos resultados. Logrando recuperar suelos altamente degradados, volviéndolos productivos nuevamente”.
Explicó que no trabajamos con recetas preestablecidas. Se estudia cada caso en particular para establecer un protocolo específico. Aunque los productos sean los mismos, la dosis y la combinación varían según la región, el tipo de suelo y los análisis realizados”, aclara.
Es una línea líquida que abarca tratamientos para corrección de suelo, nutrición equilibrada, microelementos y tratamientos de semillas. Además comentó que han incorporado nuevas líneas de microgranulados, donde se ha logrado una considerable reducción de volumen de producto (un 75% menos aproximadamente con respecto a un químico tradicional) y que no presenta fitotoxicidad.
Estos productos son de origen mineral, destacándose que todas las líneas tienen calcio, para su uso siempre se recomienda cumplir con las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y pueden aplicarse mediante diversas técnicas, desde drones hasta mochilas de riego.
Fases del proceso
El desarrollo de cultivos mediante nanotecnología sigue un protocolo que abarca todas las etapas del ciclo agrícola:
1. Tratamiento del suelo: antes de sembrar/plantar, se realiza una corrección inicial utilizando productos de la línea TPS y fósforo (de requerirse) para mejorar las condiciones generales del suelo.
2. Vivificación de semillas: se trata a las semillas con un vivificante que aumenta la tasa de germinación y asegura un buen inicio del cultivo.
3. Nutrición progresiva: una vez que las plantas alcanzan la etapa determinada, se aplican productos específicos según el lote y el tipo de cultivo. Este protocolo continúa hasta completar las necesidades nutricionales del cultivo.
Este enfoque se adapta tanto a sistemas de cultivos extensivos e intensivos, como a los tradicionales de Misiones, pudiendo ser usado en diferentes tecnologías de aplicación. “Las dosis varían a medida que crece la planta, en función de sus requerimientos nutricionales. Esto permite poder llegar a expresar el potencial genético de la planta”, precisó Weremchuk.
Resultados en Misiones
Además de la yerba mate y el té, los trabajos realizados junto al INTA en cultivos como la mandioca, mamón y melón están mostrado resultados alentadores.
La nanotecnología no solo ofrece soluciones a problemas concretos de la agricultura en Misiones, sino que también representa un cambio de paradigma en la fertilización. Al utilizar partículas a escala nanométrica, los productos alcanzan niveles de eficiencia altos, disminuyendo la huella hídrica, de carbono y llevando al productor a encuadrarse dentro de las ODS.
Misiones está demostrando que la nanotecnología no es solo una promesa, sino una realidad que puede transformar la agricultura en la región. Con resultados concretos y un enfoque adaptado a las necesidades locales, esta tecnología se perfila como un pilar para el desarrollo sustentable del agro provincial.