Arateï es un complejo de eventos que surge a través de su historia, como un lugar de encuentro entre familias y amigos, que generalmente sucedía los domingos. De allí la procedencia de su nombre en el idioma guaraní. Solo que, en esta oportunidad, el espacio se proyectó para el uso de la comunidad en lo que respecta a la realización de casamientos, cumpleaños, eventos corporativos o comerciales, entre otros.
Se otorga así características distintivas a otros predios con la incorporación de la naturaleza exótica como el eje central y la estructura de estilo colonial clásico existente, que permite de primera instancia poder ser flexible con los eventos que se presenten.
Este proyecto, inaugurado en la noche de sábado, se sitúa sobre la avenida Jauretche y calle 134, en un lugar estratégico en Posadas, rodeado de una exuberante vegetación y atravesado por un arroyo.
Se sustenta sobre tres ejes fundamentales como lo son la comodidad, la cercanía y por sobre todo que sea un espacio de calidad.
Nicolás Vivero, propietario del complejo, manifestó que el moderno salón tiene una capacidad para 200 invitados, con una construcción de vanguardia, utilizada en las grandes ciudades, además de un patio externo, con capacidad para otras 150 personas y un estacionamiento interno para 70 vehículos.
La cocina se desarrolla en espacio de 80 metros cuadrados, con parrilla, mesada de acero inoxidable, freezer y otros electrodomésticos necesarios para prestar el servicio de catering. El sector se completa con un bloque de amplios y lujosos sanitarios dispuestos en 70 metros cuadrados.
Vivero contó que la iniciativa comenzó a tomar forma de la mano de su abuelo, Domingo Florencio Vivero, pero quedó trunca tras su deceso. Un tiempo después, fue retomada por su padre, Pedro Osvaldo Vivero, que también falleció. Después de ese duro golpe, la familia, integrada por su esposa: Lidia Ana Kovalchuk, y sus hijos: Florencia, Danila, Agustín y Nicolás, se puso como objetivo terminar este proyecto que ambos tanto anhelaban y lo pudieron concretar en su memoria.
Según Nicolás, las expectativas son las mejores. “Vimos las necesidades que se registran en este nicho de mercado y con ese fin se fue armado el complejo, además de ser algo diferente para la ciudad, algo innovador, que genere un cambio, que llame mucho la atención. Se trata de un esfuerzo muy grande por lo que cerramos el año con un gran objetivo cumplido”.
Sostuvo que el cliente debería elegir este espacio porque “es una opción diferente, ideal para tener un buen recuerdo de un buen momento, de una noche compartida. Es algo innovador, distinto y con todos los servicios a disposición. Empezamos a desandar este camino con gran expectativa y esperamos que la gente pueda disfrutar cada momento en Arateï”.
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Realzar la naturaleza
La arquitecta Danila Vivero hizo una descripción del espacio y comentó que el predio contaba con una edificación de más de 20 años que sirvió como inspiración para el proyecto. “La casa presentaba un estilo muy misionero, con arcos y galería, por lo que tratamos de buscar un estilo más clásico, con ornamentación que acompañe los arcos con molduras, que lleven a un estilo, no tan minimalista y moderno como está en auge, sino mantener esa esencia que transmitía mi abuelo, que es un poco lo que conlleva el espíritu del nombre”, explicó.
Comentó que en el sector de los sanitarios se buscó jugar con un estilo más moderno, haciendo visible la vegetación del exterior. Hay un espacio común que es donde están emplazados los lavatorios y, en lugar de paredes, se aprecian grandes ventanales o paños fijos de vidrio, a través de los cuales se observa la vegetación existente, con luces que realzan el follaje”, agregó.
Aseguró que “quisimos ponderar todo lo natural que había en el lugar, rescatando lo existente como la casa, el quincho, tratando de reutilizar los espacios. Si bien la intervención fue poca, se buscó complementar con ciertos detalles”.