A poco de cumplir 60 años con el periodismo, Carlos Alberto García Coni (78) sigue disfrutando de la profesión con la misma pasión y las mismas ganas que en los inicios, cuando comenzó a colaborar con notas deportivas para un matutino capitalino. Su primera cobertura periodística se concretó como enviado especial al Campeonato Argentino de San Juan, y desde entonces no se detuvo. Pasó por la gráfica, la televisión y la radio, donde aún continúa y conserva una notable audiencia.
Nació en Buenos Aires el 28 de julio de 1946 pero como su padre -Carlos Alberto García Coni- era médico de Gendarmería Nacional fue destinado a cumplir tareas en el Escuadrón 8 “Alto Uruguay”, de Concepción de la Sierra, por lo que en 1952 la familia (integrada, además, por mamá: Irene De Donatis y hermana Blanca Rosa) se estableció en la tierra colorada, cuando el hijo mayor tenía cinco años. El niño cursó la primaria en la Nº 26 “Centenario de Julio”, que es una de las cinco primeras escuelas del Territorio Nacional de Misiones. Y el primer año en el colegio Roque González, de Posadas, porque en su pueblo no había nivel secundario. Eso motivó a que su padre, amigo de César Napoleón Ayrault, se reuniera con el entonces gobernador y, con un grupo de vecinos caracterizados de la localidad, lograran la apertura de la Escuela Normal Mixta Nº 6 “Paula Albarracín de Sarmiento” que, con el tiempo se transformó en la Superior Nº 7. En 1963 el joven Carlos Alberto se recibió de maestro, formando parte de la primera promoción, mientras colaboraba con el corresponsal de un diario capitalino, Néstor Zubizarreta, con algunos escritos sobre deportes. Al año siguiente, fue a estudiar medicina a Corrientes. Su padre era médico al igual que su abuelo, Carlos Alberto García, por lo que estaba sobreentendido que el nieto también debía serlo, pero en la provincia vecina “me dediqué más a (las comparsas) Copacabana y Ará Verá que la medicina, entonces en agosto volví a mi pueblo con la frente marchita”.
Su padre le recordó que: “casa y comida tendrás, pero para tus gastos tendrás que trabajar. Tenía apenas 18 años y me fui a trabajar a la Escuela Nº 119 “Mártires Brete” -ahora lleva el nombre de José Antonio Cecilio Ramallo, en honor autor de La curandera y el maestro-, cuya directora era la mamá del colega Emilio Lattes. Era una escuela rancho con grados superpuestos que quedaba bastante lejos. Entonces, pedaleaba todos los días hasta la casa de la maestra, allí me subía a su motocicleta y viajábamos hasta el establecimiento que quedaba a la altura de La Corita. Cerca de las Ruinas de Santa María había que entrar ocho kilómetros hacia las Sierras, en zona de Caaguazú”, explicó.
“A lo largo de mi vida debo haber hecho unos 22 mil reportajes que tengo archivados. Si me pedís la nota con fulano voy y te la traigo en 30 segundos. Hay siete mil notas que están en los viejos cassettes, que habría que digitalizar”. Entre tantos premios recibidos figura: Cuna de la Bandera (Rosario), Dorado (Chaco), Tehuelche (Chubut), Faro de Oro (Mar del Plata), Raíces Nacional y Tango (Buenos Aires), además del reconocimiento del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
Allí estuvo dos meses y otros dos en la Escuela 27 “Bernardino Rivadavia” de Concepción de la Sierra. Después rumbeó hacia Posadas.
A comienzos de 1965 lo enviaron al Campeonato Argentino de San Juan (básquetbol), cuya nota, fechada el 28 de enero, aún conserva, lo que corrobora que en dos meses “voy a cumplir 60 años en la actividad”.
Con el transcurso del tiempo se sumó a la Radio Provincia -que compartía el éter junto a LT4 y ZP5- y a la televisión en Ultra Box Canal 2, de los hermanos Rodolfo y Enrique Bonetti. “Carlos Alberto Lucero, que fue uno de mis maestros junto a Mario Jorge Cristin, me llevó a la radio a hacer panorama deportivo, que se replicaba los domingos en televisión. En 1971 me sumé a LT4, que era un paso profesional importantísimo”, dijo quien comenzó en “la radio del Nordeste Argentino” el 1 de julio de 1971, día en que arrancó “Fórmula tuerca”, que sigue vigente.
Consideró que llegar a LT4 “fue un paso fantástico en su carrera”, mientras estudiaba ciencias naturales en el Instituto Montoya. Para ese entonces ya se había casado con Susana Kowalczyk y ya habían nacido sus dos hijas: María Susana y María Alejandra, madres de sus seis nietos.
Paralelamente a su tarea en LT4, trabajó en Molinos Río de la Plata, donde “completé la carrera porque empecé con tareas bancarias, después pasé a ventas y luego, fui encargado de materias primas y apoderado de la firma, con apenas 24 años. Fue una etapa muy linda y rica en instrucción administrativa”, agregó.
Fui ternado cuatro veces para el premio Martín Fierro. No lo gané, pero tengo mi Andresito y mi medalla al mérito que, local y sentimentalmente, son más poderosos”, dijo el esposo de Susana Kowalczyk, padre de María Susana (psicopedagoga) y María Alejandra (docente de matemáticas) y abuelo de: Matías, Rodrigo, Uriel, Cassandra, Carlos Alberto y Constanza.
En 1983, Pedro Warenycia ofreció a García Coni que se ocupara de la tira diaria de 19 a 20. “Se hizo largo el nombre, pero para que el programa tuviera una génesis y no perdiera su identidad, se denominó: ‘Fórmula, tuerca y todos los deportes’, que tuvo mucha penetración, particularmente en el interior de Misiones. Algunos lugares se paralizaban con la llegada de las ondas de LT4, que tenía un alcance notable. Por ejemplo, el Dr. Otto Pigerl daba turnos hasta las 19, y desde ese momento no atendía más en el consultorio, de ello pueden dar fe sus hijos Heno, Dante o Alan”, señaló entre risas.
Popularidad
La popularidad radial fue en alza, pero a partir de 1985, empezaron a llegar las FM, y la apertura se fue ampliando. Estuvo en LT4 hasta 1991 y, paralelamente, en esos 20 años, de 1971 a 1991, fue corresponsal de José María Muñoz, el relator de América.
Contó que cuando los clubes Guaraní Antonio Franco o Bartolomé Mitre jugaban los nacionales, hacía de corresponsal. “Tengo grabaciones que dan cuenta que tenía entradas de la misma forma que el colega que lo hacía desde Córdoba, en la cancha de Racing o en la de Vélez. Era uno más del equipo de Muñoz, cosa que me gratificaba enormemente y que también me dio una popularidad nacional porque adónde iba me vinculaban con él”, sostuvo quien se define como hincha de Boca Juniors.
En 1983 ingresó al informativo de Canal 12 y en algún momento transmitía los Grandes Premios de Fórmula 1. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín hubo una restricción eléctrica y los canales de Argentina no podían encenderse antes de las 17 pero, como Misiones estaba fuera del sistema interconectado nacional, Canal 12 no tenía problemas y podía transmitir desde las 8. “Tomando la imagen de O Globo -pagando los derechos a Domingo Cutuli, que era el que los tenía a través de ATC, en 1988 y 1989, con Daniel Puerta -un corredor de fórmula que estuvo en Inglaterra- transmitíamos los Grandes Premios de Fórmula 1. En ATC, que era por entonces la televisión pública, transmitían las carreras en diferido a partir de las 22 mientras que acá, la gente podía disfrutarlas todo el día. Esa fue una linda etapa, estuve en informativos, tenía mis programas, hasta 1991 en que nació el proyecto en un holding donde estaba uno de los canales de circuito cerrado pioneros que después dio paso a Canal 5. Para ser parte tuve que renunciar a Canal 12, pero fue un sueño de verano que duró dos años”.
“Me gustan las relaciones públicas e interactuar a través de las redes sociales. Me encanta viajar, me gusta leer mucho y no solamente sobre lo deportivo, me gusta la historia novelada. Este año por problemas de la visión bajé un poco, pero soy de leer entre 30 a 35 libros anuales, y me gusta contactarme con los autores, a tal punto que soy amigo de Viviana Rivero -escritora más leída en la Feria del Libro 2017-, Gloria Casañas, Gabriela Exilart, Laura Miranda, Ana Emilia Moglia, Roberto Lapid, Florencia Canale. Les escribo y mantengo un contacto, me encanta también ese lado de la lectura”.
En 1994 Roberto Robótti (periodista ya fallecido) creó el Mateando con Rosamonte, pero como se radicó en Puerto Iguazú para dirigir los hoteles de la familia, Oscar Bongiovanni, que era el director de Canal 12, junto a Ramón “Nene” Hreñuk, creyeron que García Coni podría ser su reemplazo. “Era el programa de la mañana, de una penetración notable, cuando en el país los canales arrancaban a las 9. Lo conduje hasta 1999 y aun hoy la gente lo recuerda por los dibujitos animados, por los corresponsales, por los sorteos de termos, mates y un auto 0 kilómetro. En un sobre había que mandar un paquete vacío de la yerba. Correo Argentino traía una cantidad de cartas de toda la provincia. Hubo que cerrar un pequeño pasillo entre producción y dirección del canal para poder colocar las cartas. Fue un tiempo muy lindo, que después se replicó en otros canales”, manifestó.
En 1995 emigró a FM Del Sol, donde estuvo poco más de un año. Luego, durante 1997, 1998 y 1999, fue el tiempo de FM Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, cuando el diario estaba por calle Córdoba. Salía al aire con “Edición Vespertina”, un programa de información general que desembocaba en “Fórmula tuerca”.
Búsqueda de personas
A raíz que la secretaria de la familia, Amalia Rojas, buscaba a su hermana Susana, a la que no veía desde hacía 25 años, nació en García Coni la idea de reencontrar personas. Así, ocasionó la reunión de más de 400 almas.
La primera experiencia positiva se produjo cuando ubicó a Susana, que vivía en General Pinedo, Chaco. “Acordamos que iba a llamarla un sábado a la mañana mientras Amalia cumplimentaba sus tareas detrás de nuestra casa. Le dije: te llaman por teléfono, a lo que me responde ¿quién puede ser? Al oír la voz de su hermana, quedó blanca. Al poco tiempo, vino a verla después de un cuarto de siglo”, comentó el autor de tres libros.
Después citó el caso de Pabla, que se ubicaba en la vereda del banco Hipotecario y tejía a crochet. Un día mencionó que tenía una hermana a la que no veía desde hacía 53 años y a la que “logré encontrar en Córdoba, gracias a que me contacté con una médica. Esas fueron las dos primeras vinculaciones. A través de la Secretaría Electoral, del Registro de las Personas, de Gendarmería Nacional, logré que me dieran una mano notable. A veces conseguía encontrar en el día, en otras ocasiones se tardaba meses. Y hubo oportunidades en que el encuentro no se produjo por la negativa de una de las partes”.
También el de una señora que vivía en Zárate, Buenos Aires, que buscaba a su hermano de Posadas porque su madre estaba muy enferma. “No me lo habían pedido, pero lo asumí como si fuera una cuestión propia. Empecé a buscar hasta que pude dar con el hombre en el barrio San Gerardo. Como no tenía dinero para viajar entonces hablé con el dueño de una empresa de colectivos que le facilitó los pasajes. Pudo llegar a destino y darle el abrazo a su madre, que falleció al día siguiente. Esas cosas para mí no tienen precio. A todos los encuentros y a los fracasos, los tengo registrados en la computadora, año por año. Fue muy intenso entre 2009 y 2013 y después, esporádicamente. Fue algo lindo, algo diferente”, expresó.
Indicó que Matías, “que es mi nieto más próximo -no en el afecto sino en la vida diaria, porque además siguió comunicación social y estuvo conmigo desde que nació- me decía: Tata, pará un poco, es casi medianoche y vos seguís con el teléfono buscando a personas. Me encantaba eso, porque iba por atajos. Cuando me acostaba, después de haber encontrado a dos personas, dormía plácidamente por haber cumplido el objetivo de mi día. Hay gente que en la calle todavía me agradece porque ‘me reencontraste con papá o con mi hermano o con mis hijos’”.
Las más destacadas
El Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires, del que es socio, declaró a cinco deportistas más sobresalientes del siglo XX: Diego Armando Maradona, Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Guillermo Vilas y Roberto De Vicenzo, y a todos ellos García Coni tuvo la oportunidad de realizar entrevistas. A Maradona lo contactó cuando vino a jugar a Posadas, en 1992. Un amigo en común, al que conocía por el automovilismo, pidió al “astro del fútbol” que lo atendiera. Como periodista, durante esos instantes, estuvo solo en el vestuario de Guaraní Antonio Franco, junto a un par de dirigentes del Club de Villa Sarita.
A Vilas lo llamó por teléfono a Boston, donde estaba jugando en 1974. “Acá estaba dando clases el marplatense Felipe Locícero, que fue su primer profesor, que facilitó para que nos comunicáramos junto a Pascual Sarubbi y Horacio Codiani”.
A Monzón, también telefónicamente, lo ubicó cuando vino a dirigir una pelea de Julio Abel González, uno de los más sobresalientes boxeadores misioneros, que reside en Dos de Mayo.
Con De Vicenzo se reunió un par de ocasiones en el Club Tacurú, al que el dirigente visitaba con asiduidad.
A Fangio pudo entrevistar el día de su cumpleaños 68, el 24 de junio de 1979, cuando se inauguró el Autódromo Santiago “Yaco” Guarnieri, de Resistencia, Chaco. “Era interventor Rubén Pagagnini y fuimos en el Aravá. Después que aterrizamos en el aeropuerto, también lo hizo el quíntuple campeón mundial de Fórmula 1 y ahí pude hacer la nota. Fue espectacular porque además siempre me gustó mucho el automovilismo, un deporte al que estuve ligado siempre”, aseguró, al tiempo que aclaró que a Carlos Reutemann “le hice cerca de una decena de notas. También a Gabriel Batistuta, a Carlos Bilardo, a Pernía, a Nelson Piquet, a Franz Beckenbauer. A Mario Andretti le hice una en Mónaco, adonde viajé en 1981, y a tantos otros notables”.