“Mientras nuestro pueblo está empobrecido la casta tiene más privilegios que nunca”
De acuerdo al balance anual que brindó el referente de Cáritas en Posadas, el sacerdote Alberto Barros, 2024: “Fue un año sumamente complicado con respecto a la ayuda social”.
Si bien Cáritas no lleva adelante un estudio que determine en cifras cuánto creció la pobreza y el hambre en las provincias, referentes de la institución católica brindaron una mirada crítica al respecto.
“Hace pocos días, los obispos de Cáritas, con Gustavo Carrara a la cabeza, quien es el obispo presidente de Cáritas, han llamado la atención a las autoridades nacionales y han hablado del drama de la inseguridad alimentaria que están sofriendo los niños y los adolescentes en el contexto de la Navidad”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el sacerdote de la iglesia Sagrada Familia y referente de Cáritas en la Diócesis de Posadas tras ser consultado sobre el balance del año en Cáritas.
“La pobreza en los barrios dio un salto impresionante a partir de los recortes permanentes a todos los programas sociales y los mismos datos oficiales lo avalan”, aseguró con agudeza el sacerdote, según quien, los datos que brindó la Nación este mes, sobre una presunta retracción de la pobreza y la indigencia “son ficticios”.
“¿De golpe bajó la pobreza?, preguntó irónico y añadió, “¿En serio se pasó de más 50 puntos y pico que teníamos al 36%? ¡Es tan poco creíble!”, remarcó.
Y luego indicó: “Lo que sí es cierto es que hubo un aumento muy fuerte de la indigencia en las calles; lo cual ha generado mucha inseguridad alimentaria, como no se veía hace rato”.
“Según la UNESCO hay dos millones de niños argentinos que se van a dormir sin comer en Argentina es una realidad, que el mismo papa Francisco denunció hace poco en una nota que brindó a una periodista de Télam, donde entre cosas afirmó que están “eutanasiando a nuestros jubilados” y que los recortes en la educación son “un suicidio programado en el país”, agregó el párroco.
Siempre crítico con los proyectos que están alejados de la Justicia Social, Alberto Barros también afirmó que las “políticas sociales del gobierno de Javier Milei responden a un proyecto que tiene mucho de crueldad en su implementación. Ni que hablar de los jubilados, que se han empobrecido notablemente. Les han recortado sus haberes de una manera impresionante y ahora les han quitado los medicamentos. Es una cosa realmente muy brutal”.
CRÍTICO CON EL DESAMPARO. El titular de Cáritas en la Diócesis de Posadas criticó las políticas de ajuste y motosierra.
“Tenemos una clase media que se ha empobrecido notablemente, gente con trabajo formal que hoy está bajo la línea de pobreza. El famoso ajuste que iba a pagar la casta no la ha pagado ni de cerca. La casta sigue siendo tan casta como siempre y con más privilegios que nunca, mientras que a la mayoría de nuestro pueblo empobrecido le ha tocado sufrir un ajuste absolutamente inhumano”, criticó.
Ese es el panorama que según Barros, “desde Cáritas lo vemos con toda claridad y se explica mayor presencia de gente en los espacios de comedores de merienda, en los reclamos de medicamentos, la ayuda escolar, útiles, ropa para los chicos para poder ir a la escuela. Pero además también ha habido una deserción escolar importante de los estudiantes terciarios y universitarios que venían del interior de la provincia y no se pudieron sostener”, lamentó.
Y agregó: “Son chicos que vinieron a la capital con la ilusión del ascenso social y se han vuelto a su pueblo porque no pueden pagar un alquiler ni sostener los gastos de sus estudios. Es un tema muy, muy complejo lo que hemos vivido socialmente”.
E insistió: “Los niños por un lado, los jubilados por otro. Una clase media empobrecida, pobres que son cada vez más pobres y esto último de los medicamentos, con los abuelos, que ha sido brutal va a significar en más muertes de jubilados, quienes están dejando sus tratamientos. El arzobispo de Córdoba Ángel Rossi tuvo una frase muy fuerte que muchos medios obviaron: ‘Esto de sacarle medicamentos a los abuelos en su enfermedad es una eutanasia encubierta. Es dejarlos morir, dejarlos morir lisa y llanamente, lo cual es criminal’”, prosiguió.
“Fue un año con mucha impotencia”
En el balance sobre la obra de la entidad de la que Alberto Barros forma parte, el sacerdote aseguró que fueron meses “muy desafiantes y también con mucha impotencia porque, obviamente, la situación no se excede absolutamente”, acotó.
“Más allá que nuestro pueblo trata de ser solidario y se va ayudando como se puede, de la mejor manera, la situación es realmente muy dura. Yo no recuerdo una situación así desde el 2001. No tengo recuerdo de una situación de tanta dureza para nuestra gente”.
“En los barrios hay mucho de desánimo. Si uno lee las encuestas, sobre la imagen presidencial que son tan buenas, no hace más que creer que son poco creíbles. Yo no veo a un pueblo contento y feliz con un ajuste brutal, donde el poder adquisitivo de los ingresos ha caído notablemente. Hay una baja de consumo brutal, mayor desempleo, gente que todo el tiempo va quedando en la calle porque se cierran pequeñas PyME, el sector industrial que está en etapa recesiva, los comercios y el mismo turismo, que está en un boom pero es gracias al turismo extranjero, enumeró”.
“A mí esos estudios me parecen muy poco creíbles y si así fuera realmente habría una incongruencia, hasta te diría psicológica bastante grave de nuestro pueblo”, analizó respecto de cómo se estudia la realidad social desde las consultoras de imagen.
“Desde Cáritas nunca hacemos nuestro análisis social desde una postura ideológica ni partidaria ni nada que se le parezca. Sea quien sea quien gobierne tendremos nuestra mirada, apoyando alguna otra cosa. Nunca hablamos desde la ideología de lo partidario. Sí hablamos desde el Evangelio desde las verdades en que creemos a partir de nuestra fe en Jesús, de sus enseñanzas, de cercanía con el pobre y desde posturas humanistas. Desde esa postura nosotros tenemos muy claro que este es un proyecto social que está haciendo estragos, generando una pobreza cada vez más dura, jubilados cada vez más pobres”, aclaró el sacerdote no sin antes asegurar que es importante no desalentarse y esperar con fe una Argentina que se ponga de pie con “todos adentro”.