La resaca depende de cada persona, para algunas un solo trago de alcohol es suficiente, mientras que otras pueden beber mucho y no tener resaca. Por lo general, cuanto más alcohol se ingiera, mayor es la probabilidad de presentar esta sintomatología al día siguiente. Sin embargo, no hay una manera sencilla de saber cuánto alcohol se puede tomar para evitar tener resaca al día siguiente.
Los síntomas de la ingesta excesiva de alcohol se suelen presentar al día siguiente y dependen de la cantidad de alcohol que se haya ingerido y del estado de cada persona. El alcohol en sí mismo no es el responsable de la resaca, sino que la gran mayoría de sus síntomas están relacionados con su metabolización en el organismo y las sustancias residuales que se producen durante este proceso. Por lo general hablamos de cansancio y debilidad extremos, sed o boca seca, dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor de estómago, dificultad para dormir, baja tolerancia a la luz y a los ruidos, mareo, temblores, sudoración, dificultad para concentrarse y cambios en el estado de ánimo (ansiedad e irritabilidad).
Lo normal es que los efectos del alcohol desaparezcan solos tras un día de malestar, pero si el consumo es excesivo, podemos hablar de problemas más graves de salud, como por ejemplo, confusión, convulsiones, respiración lenta e irregular, color azulado de la piel, frecuencia cardiaca más lenta e incluso desmayos sin posibilidad de despertarse, que pueden requerir de la ayuda de un profesional sanitario.
Cómo combatir la resaca
- Descanso: tras el exceso, es importante dormir al menos ocho horas, preferentemente en decúbito supino (una posición corporal en la que la persona se encuentra acostada boca arriba, con la cabeza y el torso apuntando hacia el techo. En esta posición, los brazos se encuentran a lo largo del cuerpo y las extremidades inferiores extendidas) , para favorecer la recuperación, mientras dormimos nuestro cuerpo elimina las sustancias tóxicas que circulan por la sangre y regenera los tejidos. Durante las primeras horas de resaca, aprovecha la oportunidad para dedicar tiempo a actividades más pausadas. Túmbate en el sofá a leer o ver una serie, date un baño, escucha música tranquila o medita. Poco a poco y a lo largo del día, te irás sintiendo mejor.
- Practica ejercicio físico leve: cuando vayas teniendo más energía, realizar algo de actividad física ligera te ayudará a acelerar la eliminación de toxinas y la metabolización del alcohol. Salir a dar un paseo, practicar yoga o hacer estiramientos son actividades que mejoran la circulación sanguínea, ayudando a aliviar el dolor de cabeza. El ejercicio también fomenta la producción de endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y reducen la sensación de cansancio. Evita el ejercicio intenso, ya que empeora los síntomas y agrava la deshidratación.
- Bebe agua: la deshidratación es responsable de síntomas como la fatiga, los dolores de cabeza y los mareos. Beber mucha agua ayuda a revertir estos efectos, a la vez que asegura el buen funcionamiento de los riñones y el hígado, lo que facilita la eliminación de toxinas a través de la orina. Una buena forma de incrementar el consumo de agua es con la ayuda de tés y sopas.
- Escoge alimentos ricos en nutrientes: seguir una alimentación alta en nutrientes es clave para tener un buen estado de salud. En un día de resaca evita los alimentos procesados y consume alimentos ricos en proteínas y antioxidantes (huevos, plátanos, etc.) para ayudar a combatir el estrés oxidativo causado por el consumo de alcohol.
- Evita por completo el alcohol, en un día de resaca.
- Evita el café: el café es una bebida diurética, que aumenta las ganas de orinar y prolonga el estado de deshidratación. Además, también se trata de un estimulante gástrico, por lo que aumenta la acidez del estómago y empeora los problemas digestivos.
Consecuencias de la ingesta de alcohol
- Deshidratación: El alcohol inhibe la liberación de vasopresina, hormona encargada de enviar señales a los riñones para que retengan líquidos. Como consecuencia, el cuerpo produce más orina, esto puede llevar a una deshidratación con síntomas como sed excesiva, cansancio, dolor de cabeza, mareos y aturdimiento.
- Disminución de los niveles de glucosa en sangre, haciendo que te sientas más cansado, débil, tembloroso, con convulsiones o cambios en el estado de ánimo.
- Exposición al acetaldehído: El metabolismo del alcohol genera este compuesto tóxico que contribuye a la inflamación de órganos como el hígado, páncreas, cerebro y tracto gastrointestinal.
- Inflamación: El sistema inmune puede desencadenar una respuesta inflamatoria como defensa.
- Interrupción del sueño: El alcohol puede hacer que las personas se duerman antes pero su sueño no sea reparador, lo que puede hacer que se sienta cansado y aturdido.
- Irritación del estómago: El alcohol irrita el revestimiento del estómago y aumenta la liberación de ácido lo que puede causar dolor estomacal, náuseas o vómitos.
- Ligera abstinencia: Síntomas que puede presentar cuando una persona que ha estado bebiendo en exceso regularmente, deja de beber. Los síntomas más comunes son ansiedad, nerviosismo, depresión e irritabilidad, entre otros.