Tres de cada diez adultos mayores de nuestro país se sienten solos u olvidados, según reveló el Informe “Calidad de vida de personas adultas mayores en Argentina”, elaborado por el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja en 2024, a partir de encuestas realizadas a 1.164 personas mayores de 60 años residentes en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta percepción de soledad aumentó en los dos últimos años, pues en los años 2021 y 2022, alcanzaba el 20%. Aunque el 67,7% de las personas mayores mantiene encuentros frecuentes con vínculos cercanos, la baja participación en actividades recreativas muestra una falta de opciones accesibles.
El envejecimiento de la población es un fenómeno global que está redefiniendo las prioridades de las políticas públicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2020 y 2050, el número de personas mayores de 60 años en el mundo se duplicará, alcanzando los 2.100 millones. Un panorama que plantea desafíos no solo para los sistemas de salud y asistencia social, sino también para garantizar un entorno inclusivo y adaptado a las necesidades de este grupo en crecimiento.
En ese sentido, la tercera edición del informe de la Cruz Roja afirma que más del 65% de los adultos mayores a nivel nacional carece de acceso a terapias de salud mental. Una situación que provoca altos índices de ansiedad, estrés y soledad.
Proceso de deterioro
De acuerdo a este estudio, en 2024, el 29% de las personas mayores no logra cubrir sus necesidades alimentarias, mientras que el 40% percibe un deterioro en su situación económica.
También aumentó la percepción de maltrato en las oficinas públicas a esta franja etaria, “el 26% de las personas mayores reportó haber sufrido destrato en oficinas públicas en 2024, casi el doble que en 2022, lo que refleja una problemática creciente de discriminación en servicios básicos”.
Si bien el informe de la Cruz Roja dio cuenta de una incidencia baja de los padecimientos de salud mental entre la población encuestada, alertó sobre el bajísimo acceso a cualquier tipo de terapia de salud mental. De hecho, el 66,6% de los encuestados no acuden en la actualidad a algún tipo de terapia, el 12% realizó terapia en el pasado pero ya no y el 15% restante asiste con muy baja frecuencia.
Dicho de otro modo, aunque los padecimientos en salud mental son menos frecuentes, el relevamiento muestra que la mayoría de las personas no utiliza los servicios disponibles, lo que refuerza las barreras de acceso en este ámbito y se presenta con manifestaciones tales como ansiedad, depresión y estrés.
Índice de bienestar
La conexión entre el bienestar emocional y la salud mental es fundamental en las personas mayores, donde el 66,6% de esta población no accede a terapias o tratamientos, reflejando las barreras persistentes en el acceso a servicios esenciales.
El informe incorpora el Índice de Bienestar de los Adultos Mayores (IBAM), una herramienta que evalúa cinco dimensiones clave: alimentación, salud, economía, recreación y afecto. En 2024, el IBAM registró un puntaje promedio de 4,9 sobre 10, lo que representa un descenso respecto a los años anteriores. Este índice permite medir el bienestar general de esta población y además identificar áreas críticas que requieren atención prioritaria, como el acceso a alimentos, servicios de salud y espacios recreativos.
“El actual índice de bienestar de 4,9 supone un descenso significativo de 0,8 puntos en relación a 2022, y de 0,3 entre 2021. Se evidencia un empeoramiento del bienestar general de las personas adultas mayores encuestadas, incluso con la incidencia de la pandemia COVID-19 en 2021 y 2022”, según destaca el documento.
Necesidades de atención médica
El 30% de las personas mayores indicó que sus necesidades de atención médica están poco o nada satisfechas, lo que refleja las desigualdades en el acceso a servicios esenciales.
Más allá de las carencias en cuanto al bienestar emocional, los adultos mayores advierten un acceso desigual a la atención sanitaria. Según indicaron, el 30% de los encuestados afirmó que sus necesidades médicas están poco o nada satisfechas, lo que representa un aumento de 7 puntos porcentuales en comparación con el 23% registrado en 2022.
Entre los problemas de salud más frecuentes se encuentran las enfermedades crónicas, siendo que el 51,3% de los adultos mayores sufre de hipertensión arterial, mientras que el colesterol alto afecta al 30,9% y la diabetes al 25%.
Además, dolencias como la artritis (17,6%) y problemas óseos (16,4%) destacan en los reportes, reflejando el impacto acumulativo del envejecimiento. Sin embargo, la falta de acceso a terapias regulares y tratamientos adecuados incrementa la carga sobre el sistema público, dejando a muchos adultos mayores con condiciones mal gestionadas.
El 71,7% de las personas encuestadas cuenta con cobertura a través de PAMI u obras sociales, mientras que un 12,9% depende del sistema público de salud y un 13,6% tiene prepagas.
Las fiestas, ideales para el acercamiento intergeneracional
La médica especialista en gerontología, Mirta Soria, indicó que en estas fiestas de fin de año que reúnen a la familia, “debemos tener presentes a las personas mayores”.
Analizó que “muchas veces, en torno a lo que vamos a cocinar surgen recuerdos y temas de charla… es importante que se dé ese acercamiento intergeneracional, que nos pregunten a los mayores qué comidas recordamos, qué nos gustaría cocinar, las tradiciones de la familia… todo eso nos lleva al diálogo, a tener un contacto enriquecedor tanto para los mayores como para los jóvenes y adultos que nos rodean. Este es el puntapié para que sepan qué nos está pasando a los adultos mayores”, indicó.
Solo brindis
Soria abogó para que “celebrar las fiestas no sea solo un brindis y desaparecer”. Sugirió hacer los preparativos juntos, “preguntar a los mayores qué les hace falta, qué le gustaría recibir de regalo, qué podemos cocinar juntos… hablar e incluir porque hay mucha soledad de las personas mayores, sobre todo en los mayores de 80 años”.
A su entender, es importante tratar de hablar de las emociones, lo importante es no invisibilizarlos. Soria recomendó además dejar de lado los celulares cuando, “muchas veces no nos damos cuenta pero estamos más atentos al celular que a ellos… lo hacen mucho los más jóvenes, pero también muchos adultos. La falta de una comunicación asertiva es un gran problema”.