Con la llegada de los meses más cálidos, las facturas de luz suelen convertirse en una preocupación central para los hogares argentinos. En un contexto de actualizaciones tarifarias y reducción de subsidios, encontrar alternativas energéticamente eficientes es más importante que nunca. Entre estas, el ventilador, un aparato tradicional, está ganando renovado protagonismo como opción económica y ecológica frente al aire acondicionado.
El aire acondicionado, aunque ofrece mayor confort y potencia, consume varias veces más energía que un ventilador. Esto hace que optar por un ventilador, especialmente uno de techo, sea una decisión inteligente tanto para el bolsillo como para el medio ambiente.
Según especialistas, un ventilador puede generar una sensación de descenso de temperatura de entre 3 y 5 grados Celsius, suficiente para mantener el confort en muchas situaciones. Además, su consumo energético representa apenas el 10% de lo que demanda un aire acondicionado, convirtiéndolo en una opción atractiva durante las horas del día en las que el calor no es extremo.
De acuerdo con el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), un aire acondicionado de 2200 frigorías/h consume aproximadamente 1,013 kWh por hora, mientras que una unidad con tecnología inverter demanda 0,658 kWh. En contraste, un ventilador de techo requiere apenas 0,060 kWh por hora y un ventilador de potencia media, 0,090 kWh. Estas diferencias se traducen en ahorros significativos al final del mes.
Por ejemplo, en una vivienda de Buenos Aires (AMBA) con cuadros tarifarios de Edenor o Edesur, el costo mensual de utilizar un aire acondicionado de 2200 frigorías durante una hora diaria, seteado a 24 grados, sería de $4.276 para un usuario N1 que paga el costo pleno de la energía. En el caso de un equipo de 3000 frigorías, el costo asciende a $5.253, y para uno de 4300 frigorías, $7.089.
En cambio, si el mismo usuario empleara un ventilador de techo durante una hora diaria, el costo mensual sería de $1.467, mientras que con un ventilador turbo alcanzaría los $1.589. Aún más significativo es el ahorro al extender el uso diario a 8 horas:
- Con aire acondicionado, el gasto mensual oscilaría entre $42.000 y $56.700.
- Con ventiladores, esta cifra descendería a entre $11.700 y $12.700.
Más allá de la factura de luz
Pero hay otras razones, varias ellas también vinculadas al bolsillo, de por qué elegir un ventilador, además del consumo energético. La primera es que resulta sensiblemente más económica desde el corto plazo a raíz de que la inversión inicial en un ventilador es menor, por lo que amortizar esa inversión se logra rápidamente con la diferencia en el consumo de la factura de luz.
Por ejemplo en una de los mayores retailers del país, el modelo más económico de aire acondicionado de 2600 frigorías arranca en los $650.000, mientras que el más barato de los ventiladores turbo de primera marca se consigue a $30.000 o una de techo a partir de los $68.000 finales.
Los especialistas también resaltan que aquellos artefactos de menor demanda energética son en consecuencia más amigables con el medio ambiente porque al reducir el consumo, se contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y a mitigar el cambio climático. Esto resulta algo fundamental cuando se entiende que la climatización es el mayor consumo de energía en los hogares, seguido por el agua caliente sanitaria.
Se puede afirmar que en las zonas de humedad relativa entre 30% a 70%, la temperatura de confort para la mayoría de las personas se halla entre 18°C y 25°C. En general las personas en verano estarán confortables a una temperatura de unos 24°C o 25°C con ropa liviana, para lo cual los ventiladores suman otra propiedad a favor por ser un aparato versátil y adaptable al adaptarse a diferentes espacios y necesidades, desde los clásicos de pie hasta los de techo.
Fuente: iProfesional