Concluyó un nuevo curso anual de la Escuela Municipal de Guardavidas (EMG) que en esta oportunidad tuvo como una de las aristas salientes que los egresados en su gran mayoría fueron jóvenes profesionales de distintas carreras que buscan en esta actividad una alternativa laboral, debido a la alta demanda existente en la provincia y en las playas de Brasil.
Sergio Balatorre, director de la EMG, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que “este año tuvimos muchos profesionales jóvenes como alumnos, ya formados en algunas carreras como Biología, Educación Física, licenciados en otras más, solo por nombrar algunas, lo cual también nos exige más al cuerpo docente a continuar perfeccionando nuestra enseñanza”.
Comentó que “nuevamente este año tuvimos casi en la misma proporción de alumnos mujeres y hombres, situados en la franja etaria entre 20 y 30 años y todos con muchas expectativas de trabajar, de tener una salida laboral inmediata, de acuerdo a lo que nos expresaron continuamente en cada clase”.
La institución otorga a los egresados el título de guardavidas avalado por el Ministerio de Educación, debido a que la actividad se desarrolla en la órbita del Centro de Formación Profesional Itinerante Nº1, dependiente del Consejo General de Educación.
Balatorre apuntó que “el ciclo lectivo 2024 finalizó con resultados satisfactorios, pero también debemos reconocer que no se pudieron cumplir algunos de los objetivos planteados a principio de año. Pudimos comenzar a revisar los planes de estudio, la metodología de trabajo y en base a eso se incluyeron en la formación del guardavidas cuestiones como género, inclusividad, comunicación y otras cuestiones”.
Sabor agridulce
En cuanto a las metas no alcanzadas comentó que “no se pudo cumplir con la cantidad de egresados que pretendíamos, porque nos habíamos planteado tener 30 y con reválida aprobada para fin de año, pero solo pudimos tener 22 que superaron y ahora están a disposición del mercado laboral, donde hay una gran demanda acá y en Brasil”.
Tratando de buscar una explicación a los factores que pudieron haber incidido en el rendimiento de los alumnos, Balatorre expresó que “tuvimos un inconveniente con la pileta climatizada que cerró durante dos meses y tuvimos que interrumpir los entrenamientos, lo cual afectó mucho principalmente al área de salvamento. Y entendemos que eso se vio reflejado en la cantidad de egresados y en los resultados de la reválida”.
Balatorre, quien es profesor de educación física, triatleta, guía nacional de senderismo, operador de turismo activo e instructor en diversas actividades acuáticas, insistió en que “no se pudieron cumplir los objetivos, en gran medida por el bajo nivel de natación observado en numerosos ingresantes. Por eso para el 2025 vamos a implementar un precurso de guardavidas en enero y febrero, para enseñar a los postulantes y que así mejoren su técnica de natación para que de esa manera puedan cursar el ciclo lectivo con mayor comodidad y efectividad”.
Además, adelantó que “buscaremos en los programas, seguir incluyendo nuevas temáticas y adaptar la formación del guardavidas y las competencias con las que egresa a los nuevos tiempos que estamos viviendo, algo que ya estuvimos materializando pero lo seguiremos apuntalando”.
“Muchos profesionales se vuelcan a hacer el curso de guardavidas porque, primero es una formación que te sirve para toda la vida y también porque representa una buena salida laboral. Somos una provincia en pleno crecimiento donde a partir de un trabajo de concientización que se lleva adelante, van entendiendo que contar con un guardavidas en balnearios y piletas no es un gasto sino una necesidad, una inversión que puede salvar un vida y eso no tiene precio”, sentenció.