Según informes internacionales, los fenómenos climáticos extremos podrían ser más severos en el año 2025, debido a varios factores relacionados con el cambio climático. En 2024, se registraron 41 días adicionales de “calor peligroso” en comparación con 2023, confirmando que este fue el año más caluroso desde que existen registros.
Este aumento de temperaturas proyecta sus efectos hacia el futuro y aseguran que es una consecuencia del cambio climático, impulsado por la actividad humana. Para mitigar sus efectos y proteger a la población, científicos sugieren acelerar la transición de los combustibles fósiles hacia energías renovables.
En este sentido, a pesar de que Argentina no es un gran contribuyente al calentamiento global, señalan que su política actual de Gobierno parece ir en contra de la necesidad de cambio.
La doctora Friederike Otto, directora del World Weather Attribution (WWA), resaltó en un informe que “contamos con el conocimiento y la tecnología necesaria para abandonar los combustibles fósiles en favor de las energías renovables, reducir la demanda y detener la deforestación”. Un análisis reciente sobre días de calor extremo confirma que 2024 fue el año más caluroso registrado y uno de los peores en términos de eventos extremos.
El WWA reportó 219 eventos extremos significativos en 2024. De estos, tras analizar 29, se encontró evidencia clara del impacto del cambio climático en 26 eventos, principalmente provocados por la quema de carbón, petróleo y gas. La probabilidad de sequías meteorológicas se multiplicó por diez y las sequías agrícolas son ahora aproximadamente 30 veces más probables.
Los científicos advierten que “la Amazonia es crucial para la estabilidad del clima mundial”, pero el calentamiento global está llevando a esta región hacia un estado más seco. Esto podría resultar en la muerte masiva de árboles y la liberación de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera.
Para enfrentar estos fenómenos meteorológicos extremos, se proponen cuatro medidas clave para 2025: acelerar la transición hacia energías renovables, mejorar los sistemas de alerta temprana, implementar notificaciones en tiempo real sobre muertes relacionadas con el calor y proporcionar financiación internacional para ayudar a los países en desarrollo a aumentar su resiliencia.
La doctora Otto subraya que “los efectos del calentamiento provocado por los combustibles fósiles nunca han sido tan claros ni devastadores como en 2024”. Este año ha sido testigo de condiciones meteorológicas extremas que han causado miles de muertes y desplazamientos masivos, lo que resalta la urgencia de actuar para revertir estas tendencias climáticas antes de que se conviertan en situaciones irreversibles.
Fuente: Noticias Argentinas