Investigadores del CONICET han demostrado que un extracto de la piel de maní puede inhibir el virus del dengue en varias etapas de su ciclo de replicación. Este hallazgo, realizado en modelos in vitro, sugiere que este compuesto, derivado de residuos industriales, podría ser útil para prevenir y tratar la infección por dengue. Según los científicos, esto podría abrir la puerta a futuros tratamientos naturales y sostenibles contra esta enfermedad.
El dengue es una enfermedad viral que representa un gran desafío para la salud pública global. Es transmitido por el mosquito Aedes aegypti y tiene cuatro serotipos: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. La reinfección con un serotipo diferente puede aumentar el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico. A pesar del aumento de casos en los últimos años, no existen medicamentos antivirales efectivos y accesibles para tratar esta enfermedad.

Los científicos del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS) han investigado el potencial antiviral del extracto de la piel roja del maní. Carola Sabini, líder del estudio, destacó: “Nuestro estudio busca la revalorización de ese residuo a través de obtener un antiviral contra el virus del dengue, algo que no había sido probado antes”.
En investigaciones previas, el equipo evaluó la toxicidad de extractos de maní en modelos celulares y animales. Establecieron concentraciones seguras que no dañan las células huésped y las usaron para estudiar su actividad antiviral. “El extracto de semilla tuvo muy poca actividad, mientras que el extracto de tegumento logró inactivar el virus al 100%”, explicó Sabini.
El extracto mostró eficacia en todas las etapas del ciclo de replicación del DENV-2, desde la adsorción hasta la penetración en las células. Además, se demostró que tiene acción virucida y puede prevenir infecciones si se aplica antes a las células. Sabini comentó: “Es muy importante porque implica que puede tener diferentes usos”.
El equipo también está explorando colaboraciones con la industria para desarrollar aplicaciones tecnológicas del extracto. Elio Soria, coautor del estudio, mencionó que “la mezcla de diferentes moléculas que conforman el extracto es más activa que los compuestos por separado”. Esto también representa una ventaja económica en países con recursos limitados.
Para llevar este fitofármaco a uso humano, los científicos están probando diferentes formulaciones para optimizar su absorción y biodisponibilidad. Están trabajando con especialistas en nanotecnología para crear partículas que estabilicen los compuestos del extracto y los dirijan a los lugares necesarios en el organismo.
Finalmente, están investigando cómo el extracto afecta al sistema inmune, ya que las complicaciones del dengue no solo provienen de la replicación viral sino también de una respuesta inmune exacerbada. Sabini concluyó: “La palabra que engloba todo el proyecto es sostenibilidad”, enfatizando su compromiso con métodos ecológicos y económicos en el desarrollo del antiviral.