Clotilde Mercedes González de Fernández Ramos, Olga Zamboni, Ida Fanny Ettori de Contristano, Carmen “Camucha” Acuña de Núñez, Norma “Beby” D’Indio, Silvia Pini, Mercedes Margarita Oviedo, Mercedes “Mecha” Villalba, Ermelinda “Chiquita” Aranda de Odonetto y María Luisa Alonso de Zambrano, son las diez mujeres que el escritor Carlos Arancio eligió “caprichosamente” para resaltarlas en “Ellas fueron”, el libro que presentará en febrero en la Biblioteca Popular Posadas. “La idea era visualizar a esas mujeres que habían surgido en algo. Las hay del ámbito de la cultura, de educación, de política, de prensa, por lo general, pioneras en lo suyo. Mujeres que fueron abriéndose camino a pesar de. Hoy existen legislaciones, cupos, en esa época no había”, manifestó el licenciado en Letras, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba.
“Busco visualizar un poco a esa gente que hizo un trabajo por el cual no tiene una placa en una plaza o una calle con su nombre, pero que marcó pautas dentro de lo que fue la historia de Posadas o de Misiones. La idea es dejar puertas abiertas para nuevas ediciones de este tipo”, remarcó el autor de “Ellas fueron”, trabajo con el que completa una docena de libros publicados.
Arancio, que llegó desde la provincia mediterránea a fines de los 70, contó que para desarrollar esta entrega tomó la vida de mujeres que sobresalieron en educación, en música, en gestión política, en gestión cultural. “Me decían por qué empiezo con Clotilde González de Fernández Ramos (1880-1935) y por qué es la más extensa. Expliqué que, si observamos, todas las que siguen, en su mayoría, estudiaron en la Escuela Normal cuya creación ella gestionó. Entonces me parecía que merecía un tratamiento un poco mayor”, aclaró.
El autor conocía a varias de las protagonistas como Silvia Pini, “Chiquita” Odonetto, Olga Zamboni, “Mecha” Villalba, y tenía datos de otros trabajos previos, mientras que a otras las investigó a través de sus familiares y fue recopilando datos. “Silvia Pini fue la primera con la que empecé a trabajar en la cuestión Misiones, y se nos fue muy pronto. Recuerdo ese ímpetu que tenía y que peleaba contra todo”, recordó. Al referirse a “Camucha” Núñez dijo que “se encargaba de pegarme en la mano porque yo tocaba los libros que estaban en la biblioteca, pero no se podían tocar. Era una cuestión política de la época. Con Olga Zamboni también trabajamos juntos en algunas cosas”.
La elección de los “personajes fue arbitraria y caprichosa porque siempre aparece uno que dice: y Doña María ¿por qué no está? Y porque están estas diez. Porque es así, no es porque tenga algo en contra Doña María o que no tenga méritos. Solamente que opté por estas diez”, aclaró el licenciado en letras, “volcado a las ciencias sociales por una cuestión de formación. Hice una especialización en antropología lingüística y todo eso me llevó más hacia las ciencias sociales, incluso con la misma literatura”.
Otro enfoque
Ante la consulta de Ko’ape si un cordobés tiene una visión distinta sobre estas mujeres, a diferencia de un misionero, Arancio respondió que “no sé si es distinta o es que llegamos a visualizarlas más. A un misionero no le sorprende la presencia guaraní, a un cordobés le sorprendió muchísimo. Entonces, por lo distinto, porque no lo conocía de antes, por esa comparación, es la diferencia”.
Indicó que el libro salió “sobre el filo del fin de año” entonces la presentación será en febrero en la Biblioteca Popular Posadas. “A partir de ese momento se podrá medir la repercusión. La idea es difundirlo, que se sepa que existe para el encuentro del mes venidero. La idea es dejar puertas abiertas para nuevas ediciones de este tipo. A las que faltaron o, por qué no, a Ellos fueron”.
Arancio pretende visibilizar un poco “a esa gente que hizo un tipo de trabajo por el que, a lo mejor, no tiene una placa en la plaza, su nombre en una calle, pero que marcó pautas dentro de lo que fue la historia de Posadas o de Misiones”.
Sostuvo que su trabajo está destinado al público en general, “pero siempre digo que ojalá todos mis libros terminen en alguna escuela porque siempre trato de tirar otra versión. Trato de poner otro énfasis, otro enfoque a las situaciones, no tomarlo tan literal como ya está planteado”.
Sobre qué sintió cuando tuvo a este nuevo libro en sus manos, Arancio trajo a colación un dicho de Silvia Pini, que es la que participó de la presentación de su primer libro. “Recuerdo que cuando lo estaba presentando decía: ahí tenés a tu hijo macho, vos que tuviste mujeres –tengo dos hijas: Claudia y Alejandra-. Y es un poco así. De todos modos, recién cuando lo presente, lo voy a sentir más propio, más próximo. También Olga Zamboni tenía toda una teoría sobre la necesidad de presentar los escritos. Ella lo relacionaba con su juventud, cuando tenían que presentar a la chica cuando cumplía 15 años en un baile. Siempre contaba esa anécdota”.
El dibujo de tapa pertenece a Don Lucas Braulio Areco. “Me lo cedió para mi primer libro ‘Proceso mítico de cultura guaraní’ junto con otros dibujos. Ilustre todo ese libro con sus dibujos. Areco fue un polifacético como ninguno (música, pintura, literatura), un verdadero genio con el que me supe vincular”, contó.
“Misiones me dio todo. Me dio una visión muy distinta, me abrió caminos de otros tipos de relaciones que no se limitan solamente al momento del encuentro como sucede en Córdoba o en Buenos Aires. A veces estoy en Córdoba con amigos de allá y me llama uno de acá para preguntar algo, y los locales me dicen: y te llama solo para preguntarte eso. Les digo, sí, porque allá es así, es otro tipo de relación”, señaló el cordobés que vuelve a sus pagos “cada tanto porque tengo un hermano, sobrinos, pero no es tan seguido. Me aquerencié en la tierra colorada. Los cordobeses que viven acá se molestan porque les digo, antes era cordobés, pero ya no”.
En el prólogo de “Ellas fueron” Arancio explicó el porqué del libro y la evolución que tuvo “esa política patriarcal, que no la dejaba surgir, hasta acuñar -como dice en la contratapa- la frase: ‘Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer’, pero ¡detrás! pero nunca a la par y, menos, sola. Eran cosas que parecían qué bien, qué reconocimiento, pero al final, no era tan reconocimiento”.
A su entender, “falta mucho, pero hemos avanzado una barbaridad. Hay cosas que son impensadas como la Ley de Matrimonio Igualitario. Y sin embargo lo tenemos, aunque faltan cambios culturales. En otras situaciones como en el tema de violencia, acoso, nos faltan leyes, pero al menos tenemos la condena social. Son situaciones que antes no se daban y ahora por suerte las tenemos”.