Una encuesta reciente de Inquilinos Agrupados reveló que el 25% de las personas que alquilan debió dejar su vivienda en los últimos tres meses por la imposibilidad de afrontar los pagos.
La crisis habitacional en Argentina se agudiza cada día y los alquileres, lejos de ser una solución, se han convertido en una carga insoportable para muchos.
En Misiones, en particular, donde se ha paralizado totalmente la construcción de viviendas sociales en el último año, existe un déficit habitacional de 120 mil viviendas, cuyas familias deben buscar alternativas en los alquileres.
Gervasio Muñoz, presidente de la organización, expresó con preocupación que “el 44,6% de los ingresos de las familias se destinan al alquiler y las expensas”, según la encuesta realizada entre integrantes.
En un contexto de salarios estancados, esta cifra no hace más que evidenciar la dramática realidad de quienes alquilan: cada vez más familias se ven obligadas a elegir entre pagar el alquiler o destinar dinero a otros gastos básicos como alimentos y salud.
Muñoz destacó que, en términos prácticos, “el desalojo económico”, como lo llama la agrupación, no necesita intervención judicial: la propia lógica del mercado expulsa a los inquilinos. “No se necesita que la Justicia actúe, la ley del mercado hace su trabajo: si no podés pagar, te vas”, sentenció.
En este escenario, la diferencia entre los salarios y los alquileres sigue siendo abismal. Con un salario promedio de 600.000 pesos, alquilar un monoambiente puede costar desde 150.000 hasta 300.000 pesos mensuales.
Para muchos trabajadores, es imposible cubrir estos costos sin sacrificar otros aspectos fundamentales de su vida.
El informe también revela cifras alarmantes sobre el endeudamiento de las familias. El 65% de los inquilinos endeudados lo hace para cubrir el pago de tarjetas de crédito, el 45% para adquirir alimentos, y un 20% lo hace con el fin de abonar el alquiler. Esta situación refleja un ciclo sin salida, donde cada vez más argentinos deben recurrir a créditos para cubrir sus necesidades más básicas.
Falta de regulación
Adrián Torres, presidente de la Asociación de Inquilinos de Misiones, señaló que “la realidad de Misiones no escapa a la realidad del país. Muchos inquilinos han dejado de alquilar para volver a la casa de sus padres, otros chicos del interior vuelven a sus casas y estudian a distancia. También hay casos de familias que se van a ciudades vecinas más económicas como Garupá o también están vendiendo sus bienes, como autos o motos, para sostener sus costos”.
En declaraciones a FM 89.3 Santa María de las Misiones, indicó que “el inquilino no tiene ninguna defensa, se derogó la ley, el mercado salió ampliamente favorecido porque hay mucha especulación”.
Explicó que “los propietarios ofrecen más casas ahora, pero no porque se haya acomodado la situación sino porque el inquilino tiene que sufrir las consecuencias y al no poder hacer frente a semejantes gastos, terminan renunciando a comodidades, pasando de dos ambientes a un monoambiente, alejarse del casco céntrico de la ciudad o diversos sacrificios”.
Lo que empezó como una tendencia preocupante, ahora parece convertirse en una crisis estructural: según el informe, en los últimos meses el 94% de los inquilinos han enfrentado condiciones contractuales fuera de la ley de alquileres, una ley rechazada por el gobierno de Javier Milei, quien sigue defendiendo la desregulación del mercado.
“El mercado inmobiliario ha ganado terreno, y ahora puede establecer sus propias reglas: contratos cortos, aumentos por inflación cada pocos meses, y costos adicionales que recaen exclusivamente sobre los inquilinos”, explicó Muñoz.
Esta desregulación está exacerbando aún más la situación: los aumentos en los alquileres no se detienen, y las expensas, que representan una parte importante del gasto mensual, suben sin ningún tipo de control.
Sin obras de viviendas
El referente de los inquilinos misioneros indicó que “ya veníamos con déficit de siete millones de casas aún con las construcciones que no daban abasto, ahora que se paralizó la obra pública se agrava la crisis habitacional”.
“No solo no se regula el mercado de ninguna manera sino que no hay posibilidad de ningún tipo de crédito”, se lamentó.
Explicó que “un inquilino que hace 20 años alquila, que puede demostrar al banco que tiene los contratos sellados, no tiene acceso al crédito porque tenés que ser millonario, es una locura. Se anuncian cosas que la gran mayoría no puede cumplir. La gente que tiene esos requisitos no necesita sacar esos créditos”.
La realidad es alarmante. El 87,8% de los inquilinos encuestados cree que tendrá dificultades para pagar el alquiler en los próximos meses, lo que anticipa un futuro aún más sombrío para las familias argentinas. Con los contratos de alquiler cada vez más cortos y los aumentos atados a la inflación, la posibilidad de encontrar una solución parece lejana. La falta de regulaciones claras solo profundiza la crisis.
La juventud, la más afectada
En este contexto, los jóvenes se ven especialmente afectados. La edad promedio de emancipación ha subido a los 26 años, ya que la imposibilidad de acceder a una vivienda propia o de alquiler se vuelve una barrera casi insuperable.
“Con salarios bajos, alto desempleo y condiciones cada vez más exigentes para alquilar, la juventud está atrapada en un círculo vicioso que los obliga a seguir viviendo con sus padres”, explicó Muñoz, titular de Inquilinos Agrupados.
Este escenario es un claro reflejo de la crisis económica y social que atraviesa el país, y la falta de intervención estatal efectiva solo ha agravado la situación. A medida que los salarios se estancan y los costos aumentan sin control, más personas se ven empujadas a la pobreza, y el derecho a una vivienda digna se convierte en un lujo inaccesible para muchos.