El 2024 fue un año de transformaciones para la Escuela Municipal de Guardavidas de Posadas. En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Sergio Balatorre, director de la institución, calificó el balance como positivo: “Revisamos todos los planes de estudio, tratando de modernizar los contenidos y las competencias que brindamos a los guardavidas para adaptarnos a la nueva dinámica de las playas, piletas, servicios y la realidad en general.”.
Con 28 egresados el año pasado, de los cuales 24 aprobaron el examen final, Balatorre destacó que 18 lograron superar la instancia provincial obligatoria para poder trabajar. Sin embargo, reconoció un problema persistente: “Hay déficit de guardavidas en toda la región. Las dos escuelas de la provincia -ambas en Posadas- no logran cubrir la creciente demanda”.
“Un guardavidas, para poder aprobar los exámenes, estar en condiciones de trabajar, estar habilitado, tiene que entrenar duro todo el año para llegar a esa instancia. Hay algunos que no pueden hacerlo, o no les da el tiempo, el dinero, o la salud, y bueno, no renuevan su habilitación para trabajar. Eso también repercute en la falta de guardavidas”, agregó.
Curso para enfrentar las dificultades de ingreso
Ante esta problemática, la escuela municipal implementará un precurso en enero. El objetivo del mismo es preparar a los aspirantes en técnicas de natación para que puedan superar el exigente examen de ingreso en marzo. “Queremos tener 30 ingresados con revalidas provinciales aprobadas, pero aún estamos lejos de ese objetivo”, afirmó Balatorre.
Los requisitos para ingresar son ser mayor de 18 años, tener el secundario completo y dominar los estilos de natación crol y pecho. No obstante, Balatorre también señaló que las altas exigencias y el costo emocional y físico del entrenamiento dificultan el acceso de muchos interesados.
El trabajo del guardavidas: prevención y asistencia
Más allá de la formación, Balatorre enfatizó la labor esencial de los guardavidas: “Las principales tareas son orientar, prevenir y vigilar en el ámbito donde les toque trabajar, ya sea en pileta, río, lago o balneario. En casos de emergencia, deben prestar asistencia tanto dentro del agua, con rescates, como fuera de ella, aplicando primeros auxilio”.
En los últimos años, las asistencias fuera del agua aumentaron significativamente debido a desmayos, lipotimias y otros problemas, como cortes por ejemplo, por lo cual “reforzamos los contenidos de primeros auxilios, especialmente para tratar patologías tiempo-dependientes como problemas cardiovasculares.”, explicó.
Un enfoque en la empatía y la gestión de conflictos
Balatorre también se refirió a la relación entre guardavidas y el público, al ser consultado acerca del caso del turista en Chubut que no acató las órdenes preventivas de un guardavidas.
“Nosotros formamos a los guardavidas como servidores públicos. Bajo ningún punto de vista deben usar la violencia para resolver problemas. Si un turista no acata las directivas, el guardavidas debe informar a la policía, que es quien debe intervenir. No corresponde que haya excesos verbales ni físicos“, opinó.
El director también subrayó la importancia de fomentar la empatía en los futuros profesionales: “Estamos notando una falta de empatía en las nuevas generaciones. Esto era una fortaleza del cuerpo de guardavidas, y queremos reforzarla en 2025”.
Proyecciones para 2025
De cara al nuevo año, Balatorre mencionó que aún queda mucho por hacer en seguridad y formación. La escuela planea incorporar nuevas materias y aumentar las prácticas profesionales para adaptarse a los tiempos cambiantes y las nuevas perspectivas de los jóvenes. “El trabajo nunca termina. Nuestra meta es seguir formando guardavidas que puedan responder a las demandas de la población y garantizar la seguridad en playas y balnearios”, concluyó.