La devoción al Gauchito Gil, un santo popular argentino, se manifiesta de manera profunda en los testimonios de sus fieles. A pesar de que la celebración central se realizó en Mercedes, Corrientes, en la provincia también hay numerosos centros de oración y celebración.
PRIMERA EDICIÓN visitó algunos de los lugares que vivieron con emoción y respeto el homenaje al santo: “Hoy hace 7 años que hice mi promesa, que estoy cumpliendo”, explicó la señora Ani, que convirtió su hogar en un punto de encuentro para otros fieles del barrio y alrededores que se acercaron a compartir el momento.
Recordó que su acercamiento al Gauchito Gil fue impulsado cuando “me agarró una enfermedad hace 17 años”. Aunque en ese momento no hubo un acercamiento inmediato, poco a poco fue conociendo acerca del santo y aseguró que su poder es verdadero, incluso gracias a eso no perdió su brazo: “Mi doctor me dijo que no hace falta operar… me curé”.
Ani destacó la importancia de cumplir promesas como una forma de agradecimiento: “Tengo mucha gente, ya es mi gente que viene todos los años… Agradece, agradece y protege mucho”. La comunidad también juega un papel importante en esta devoción, ya que cada año más personas se unen a las celebraciones: “La gente viene, pasa, llega”.
Casi tres décadas de devoción
Por su parte, en la chacra 187, ubicada en inmediaciones de Urquiza y Avenida 115, “Pity” Gauto compartió su experiencia personal con el Gauchito Gil, resaltando la importancia del 8 de enero, día en que celebran su festividad en el barrio: “Hoy estamos cumpliendo 28 años que festejamos el Día del Gauchito Gil en este barrio”. El festival arranca este 8 de enero desde las 18 horas.
Remarcó que, con el tiempo, la devoción al santo fue creciendo ya que “empezamos con 20, 30 personas hace mucho y ahora vienen de 3.000 a 5.000″. Para él, la relación con el Gauchito es íntima y significativa, “porque cumplió todo lo que yo le pedí… el tener mi camioneta, el tener trabajo hoy y que no me falte el pago. Y la salud, sobre todo”.
Gauto narró cómo su conexión comenzó durante tiempos difíciles en su juventud, con el regreso a la democracia y una economía muy precaria. Recordó que todo comenzó trabajando en una mudanza, donde cruzaron por Mercedes y fue allí donde su jefe le presentó a Gauchito Gil, que lo acompaña desde entonces.
Sin embargo, aclaró que es necesario cumplir las promesas, no abandonarlo, porque cada promesa es muy particular, depende de cada persona el devolver lo otorgado.
En el espacio dedicado al Gauchito en el barrio, la gente comenzó a acercarse a dejar ofrendas: velas rojas y blancas, cigarrillos, bebidas e incluso ofreció dinero para colaborar con el festival que realizan en el lugar, con música en vivo, para compartir entre los vecinos y brindar un homenaje al santo popular.