El Día Mundial de la Electricidad Estática (o electroestática), que se conmemora cada 9 de enero, tiene la finalidad de divulgar la importancia de este fenómeno en nuestra vida cotidiana.
El porqué de la elección de esta fecha no está muy claro, aunque algunos lo atribuyen a que esta época del año en el hemisferio norte (invierno) es más propensa a las descargas estáticas, ya que se dan con mayor frecuencia en el ambiente frío y con humedad más baja.
Pero también tenemos una justificación en el hemisferio sur, ya que en enero (como epicentro del verano) se suele dar gran cantidad de rayos -que es la manifestación más conocida y peligrosa de la electroestática- en lugares el centro y el norte de la Argentina.
¿Qué es la electricidad estática?
El término electricidad estática se refiere a la acumulación de un exceso de carga eléctrica (positiva o negativa) en un material conductor (metal) o aislante (madera, vidrio, cerámica). Los efectos de la electricidad estática son conocidos por la mayoría de las personas porque los experimentaron seguro alguna vez, desde el vello erizado hasta sentir una descarga eléctrica al tocar el picaporte de la puerta u otra superficie de metal. Incluso el contacto piel a piel entre personas puede generarla en determinadas condiciones.
¿Es peligrosa la electricidad estática?
A excepción de los rayos, el resto de las chispas generadas por la electricidad estática suelen ser inofensivas al experimentarlas en la vida cotidiana. Sin embargo, la electroestática puede tener efectos realmente peligrosos cuando la acumulación de cargas se produce en presencia de materiales o dispositivos sensibles.
Por ejemplo, si ocurre en una estación de servicio, o en un aeropuerto al momento de la carga de combustible de las aeronaves, una chispa en esas situaciones puede provocar la combustión de los vapores que se desprenden de los derivados del petróleo, sumamente inflamables.
¿Qué pasa cuando cae un rayo?
Los rayos son una de las manifestaciones más poderosas de la naturaleza. Esa descarga zigzagueante de electricidad golpea lo que encuentra a su paso y transmite la electricidad, a la vez que genera mucho calor.
Si cae sobre una playa o una superficie de tierra, la electricidad eleva a tal punto la temperatura que convierte la arena en vidrio. Y no solo el de la superficie. Puede penetrar más de un metro por debajo de la superficie manteniendo su forma de zigzag. ¿Cómo lo sabemos? Porque una vez que se enfría, se pueden desenterrar unas peculiares figuras tubulares petrificadas que se conocen como “fulguritas“.
Por donde penetra el rayo, se alcanzan temperaturas de hasta 4.000ºC, de manera que en el recorrido subterráneo se funden los granos de arena, formando vidrio. La evaporación del agua, que también tiene lugar en el subsuelo, y el rápido enfriamiento posterior, contribuyen a la formación del hueco en el interior de la fulgurita.
Aún más impactante puede ser el efecto de un rayo sobre un árbol, porque muchas veces el tronco explota y se incendia. Esto ocurre porque el interior de la planta se calienta repentinamente y el agua pasa de líquido a gas en menos de un segundo. Como el gas ocupa más volumen que el líquido, se produce una expansión interna de tal magnitud que hace explotar la madera hacia todos lados. Además, cuando ingresa el oxígeno se produce combustión y comienza el fuego debido a la temperatura de la savia.
¿Qué pasa si un rayo nos cae cerca?
Los rayos son responsables de más de 4.000 muertes en todo el mundo al año, pero la cantidad de impactos es mucho mayor ya que cerca del 90% de las personas alcanzadas por rayos sobreviven, aunque muchas con graves secuelas de por vida.
Muchas de las víctimas no son impactadas directamente, sino que se encuentran cerca de donde cae el rayo. La electricidad puede esparcirse radialmente hasta una distancia de 30 metros sobre la superficie del suelo.
Si la electricidad nos alcanza, podemos sufrir un paro cardíaco y heridas donde entra o sale la corriente. También está la posibilidad que el calor o la onda expansiva nos mate: alrededor del rayo, todas las gotas de lluvia se transforman en vapor tan caliente que puede causar serias quemaduras, especialmente si estamos usando ropa de poliéster que se derrite y se pega a la piel. Junto a esto se genera una onda expansiva del aire que golpea todo a su alrededor con mucha fuerza. Este efecto, además, puede provocar daños en oídos y ojos.
¿Los rayos siempre caen en los lugares más altos?
No necesariamente. Los rayos se generan en las nubes y avanzan como si fueran una escalera, en una serie de rápidos fogonazos con incrementos de casi 50 metros acercándose al suelo. Pero cuando se encuentra a unos 50 metros de la superficie, toma de nuevo un movimiento pendular en un radio cercano para encontrar el mejor lugar sobre el que aterrizar rápido. Este lugar posiblemente sea el más elevado, pero dentro de ese pequeño radio, y puede ignorar otros objetos altos que estén también cercanos, pero fuera de ese pequeño radio.
Fuente: Meteored