El vino de la sabiduría los sentidos embriaga, la razón adormece y Morfeo viaja
a países de ensueños donde Yo Soy es el dueño,
allí conscientemente crea
la realidad que Él quiere que se vea,
ignorando microondas que quieren hacer interferencia
va diseñando en ondas, jugando con las frecuencias
al comprender lo que es ser hijo del Padre Celestial
deja dudas y miedos y se pone por sobre la IA.
Luz visible: banda de frecuencia que podemos decodificar=0,005% del espectro electromagnético y lo llamamos mundo.
Luz blanca: contiene todos los colores y éstos son distintas frecuencias que nuestra
percepción interpreta, ya sea que refleje o absorba ciertas frecuencias. Esta es la
escala de la ilusión que creemos que es real.
La luz es información y la frecuencia o vibración de la longitud de onda es su sistema de entrega.
Al aumentar la frecuencia, la cantidad de energía transportada también, y si abres mente y corazón tu frecuencia aumenta pudiendo retener y acceder a más información convirtiéndote en más consciente, más conocedor, más intuitivo. Ike Bashar: se trata de ser más consciente de que manifiestas todo el tiempo, de cómo lo haces y de cómo preferirías manifestar más alineado a lo que Eres y es a través de tus decisiones, tus creencias y de lo que crees que es cierto para ti, como puedes ser más consciente de cómo estás creando tu realidad.
Eres alma creando la idea o proyectando tu conciencia en lo que llaman realidad física, pero esa proyección está sucediendo dentro del alma, desde esta perspectiva es como si la realidad fuera un sueño que el alma está teniendo, fingiendo que ha dejado el reino espiritual. Esto hace que parezca que el alma se ha ido, pero la realidad física está sucediendo dentro de la conciencia del alma y permite que el alma se experimente a sí misma de manera diferente.
La realidad física implica experimentar el espacio/tiempo para poder experimentar la idea de proceso, de cambio, de crecimiento. Así se expande la creación, es la experiencia del alma la que permite que la creación continúe expandiéndose infinitamente.
Por Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham Escritora/ Escuela de Pensamiento en Facebook