Me gusta ver en mis clases cómo con poco tiempo dedicándole a nuestro cuerpo para relajarlo y conectar con él, podemos sentirnos tan bien.
La tranquilidad y la paz de una persona se nota en todo el cuerpo. Cuando la mente se relaja podemos conectar con la paz.
Paz no significa que no haya problemas a resolver, o que todo se acomoda mágicamente, sino que no dejamos que emociones como el miedo, el enojo o la tristeza aniden en nuestra mente.
Tenemos que saber que cuando estamos en la vida cotidiana, aparece la queja en todo momento y tenemos que estar muy conscientes para salir de ese juego que nos hace nuestra mente.
Dijo Erich Fromm: “Si con todo lo que tienes no eres feliz tampoco lo serás con lo que te falta”, una frase que nos puede servir para observar nuestra vida.
Tenemos que estar conscientes y despiertos para dar gracias por todo lo que tenemos, seguro que si nos comparamos con otros, siempre nos va a faltar algo.
Generalmente, estamos queriendo más y cuando lo conseguimos aparecen otros deseos y así seguimos deseando y no podemos ver lo que sí tenemos y agradecer.
Podemos hacer un pequeño ejercicio:
Cierra los ojos, imagínate una lista, hacéla mentalmente escribiendo todo lo que tenés, por ejemplo: una casa donde vivir, cama para dormir, el aire que respiras, ¿podés caminar? Agradécelo. Fijate qué otras cosas aparecen: tu familia, amigos, trabajo, salidas, abrazos, disfrutar y sentir, etc. Las ideas irán apareciendo, solo deja que vengan y llénate de agradecimiento.
Es muy liberador darnos cuenta cuando podemos agradecer lo que tenemos, hay algo adentro nuestro que cambia, la energía de la queja solo nos lleva al vacío a la frustración y después sentimos tristeza.
Por supuesto que hay cosas que podemos mejorar o cambiar, pero no desde la queja y la carencia.
Hoy que ya comenzamos otro año, elegí lo que escuchás, lo que mirás, fíjate de qué te estas nutriendo y permitíte ser libre de las elecciones que hagas.
Recordá: “Rara vez pensamos en lo que tenemos, pero siempre en lo que nos falta, por eso más que agradecidos estamos amargados”.
Bendiciones.