El Juzgado de Instrucción de Puerto Rico le dictó la prisión preventiva a un individuo de 43 años por ingresar a la vivienda de su expareja y agredirla físicamente, violando una medida judicial de “prohibición de acercamiento y contacto por cualquier medio” que estaba vigente al momento de los hechos, señalaron fuentes del caso.
El hecho se remonta a la madrugada del domingo 24 de noviembre del año pasado, en circunstancias en que el acusado, quien tiene dos hijas en común con la víctima, llevaba cuatro meses separado, debido a que tenía denuncias por “violencia verbal y psicológica” en perjuicio de la mujer, de 39 años.
Varias horas antes del violento episodio, el ahora imputado disputó un torneo de fútbol amateur senior en Puerto Rico, tras lo cual compartió un “tercer tiempo” con los integrantes del plantel.
Luego, se quedó durante varias horas compartiendo bebidas con un compañero de equipo. Se hizo de madrugada y ambos se despidieron.
Mientras se dirigía a su domicilio, el sospechoso recibió un llamado telefónico anónimo, donde una voz le dijo que “alguien estaba con su exesposa”, según se desprende de la investigación, que estuvo a cargo del fiscal de Instrucción, Correccional y de Menores de Puerto Rico, Héctor Daniel Simon.
Esta información que le llegó al celular, al parecer enfureció al individuo, quien se dirigió hacia la vivienda de su expareja, pese a que hacía varios meses estaba separado y sobre el mismo pesaba una orden de restricción.
Convulsiones y video
Tras saltar un muro el imputado ingresó a la propiedad de su expareja y entró a la casa, donde al ingresar a la habitación de la mujer encontró a su compañero de fútbol, de 37 años, el mismo con el que estaba compartiendo bebidas momentos antes, según figura en el expediente.
Fue así, que según probó la Justicia mediante testimonios y otros indicios, primero golpeó al hombre, pero levemente. Luego tomó un casco de moto y arremetió contra la mujer con más violencia.
La golpeó con dicho objeto en el rostro, abdomen, espalda y brazos, provocando que la víctima caiga al suelo, con lo cual habría continuado golpeándola por todo el cuerpo. En determinado momento la mujer comenzó a convulsionar y luego quedó inconsciente, situación en la que, lejos de prestarle asistencia, el agresor comenzó a grabarla con su teléfono celular.
Tras la denuncia, la policía estableció que sobre el hombre existía además una perimetral, desde el 16 de octubre de ese mismo año, por lo que fue detenido de inmediato y puesto a disposición judicial. Al extenderse ahora la privación de la libertad del individuo, deberá aguardar que se resuelva en forma definitiva su situación procesal.