Aunque hubo más ventas por las Fiestas de Fin de Año, el consumo masivo bajó 18% interanual en diciembre y acumuló una retracción de 14% en 2024. Si bien se moderó la caída, el año pasado se posicionó como uno de los peores de las últimas dos décadas.
Así surge del último informe de Scentia, la consultora especializada en la materia. Hay que destacar que la comparación es contra un período complejo, como lo fue diciembre de 2023 por la devaluación y consecuente aceleración inflacionaria a 25,5%. Es por eso que se atenuó la caída en términos interanuales; los declives de los meses previos oscilaron entre 20 y 22% debido a que las bases de comparación eran superiores, detalló Scentia.
Sigue siendo un dato desalentador al considerar los fuertes descuentos de las propias cadenas, los bancos y billeteras digitales, lo cual no alcanzó para recuperar el terreno perdido.
Por su parte, Julián Gómez, director de retail de la consultora Scentia, analizó en Canal E el panorama del consumo masivo en Argentina durante 2024 y describió una “caída generalizada y un escenario de recuperación lenta”.
Gómez ofreció una visión detallada sobre las categorías más afectadas, los factores que impactan en las ventas y las perspectivas para 2025.
“El consumo masivo registró una caída promedio del 14% en 2024”, según Gómez. Esto se debe a los “efectos rezagados de la crisis económica y política de 2023”.
El segundo semestre de 2023 estuvo marcado por una “fuerte inflación y la incertidumbre cambiaria tras las PASO, lo que llevó a los consumidores a adelantar compras de productos no perecederos”, explicó.
El especialista también destacó que, “a pesar de las promociones y descuentos en supermercados y tiendas de autoservicio durante 2024, el consumo no logró repuntar de manera significativa”.
“El ajuste en los hogares llegó al inicio del año y no se fue. Aunque diciembre mostró un repunte estacional, el panorama sigue siendo complejo”, agregó.
Un consumo segmentado y ajustes en las prioridades
Gómez enfatizó que la caída del consumo fue generalizada, pero algunas categorías se vieron más afectadas que otras. “Los productos básicos como harinas y levaduras, que permiten cocinar en casa, cayeron menos. En contraste, categorías más prescindibles, como postres lácteos y suavizantes, registraron bajas de hasta el 40%”, detalló Gómez.
Este comportamiento refleja un cambio en las prioridades de los consumidores, que optaron por alternativas más económicas para ajustarse al presupuesto. “La gente dejó de salir a comer o pedir delivery y optó por cocinar en casa. Este ajuste se hizo desde el principio del año y persiste”, afirmó.
El impacto de la inflación y los salarios
Gómez explicó que la relación entre inflación y salarios es determinante para la evolución del consumo. “Cuando la inflación supera a los salarios, el consumo se retrae automáticamente. Solo cuando los salarios logran ganar a la inflación vemos una recuperación, aunque con un desfase de uno o dos meses”, señaló.
Si bien en la segunda mitad de 2024 los salarios comenzaron a superar a la inflación, Gómez advirtió que el poder adquisitivo sigue golpeado por las pérdidas acumuladas en años anteriores. “Aunque los salarios crecieron en dólares, aún no alcanzan para recuperar los niveles de consumo previos”, comentó.
Comparaciones con la crisis de 2001
Uno de los datos más alarmantes es que el consumo per cápita actual está en niveles similares a los registrados tras la crisis de 2001. “Si lo analizamos por persona, estamos en valores muy parecidos a los de la grave crisis de 2001, 2002 o 2003. Esto muestra la magnitud del desafío que enfrentamos”, afirmó Gómez.
Este dato refleja no solo la contracción económica, sino también los cambios en los patrones de consumo a medida que las familias priorizan otras necesidades, como la compra de electrodomésticos o la reparación del hogar. “El ajuste ya se hizo en los productos básicos. Ahora las familias destinan lo poco que tienen a otras áreas que habían postergado”, explicó.
Perspectivas para el 2025
De cara a este año, Gómez se mostró cauto respecto a la posibilidad de una recuperación del consumo masivo. “Para que el consumo repunte de manera sostenida, es fundamental que los salarios reales sigan mejorando y que la inflación continúe bajando”, afirmó.
Asimismo, destacó que el desafío para las empresas y los comercios será mantener estrategias de precios competitivas y adaptadas a las necesidades del consumidor. “Las promociones seguirán siendo clave para atraer a un público que busca maximizar el valor de su dinero”, concluyó Gómez.
“Canastas en rojo”
En los supermercados de cadena, el consumo mostró un descenso de 17,3% a nivel país y de 16,3% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) respecto al mismo mes del año previo. En 2024 se registró un rojo de 14,5% y 13,5%, respectivamente. En el interior, el derrumbe fue mayor, al caer 18,1% interanual y 15,4% en el acumulado.
En el caso de autoservicios independientes, la caída interanual de diciembre fue de 18,7% y de 13,4% en el año. En el AMBA, se observó un desplome de 23,9% interanual el mes pasado y de 4,4% en total. Al interior del país, el consumo retrocedió 15,6% y 17,6, respectivamente.
“Todas las canastas cierran el 2024 en rojo, algunas con más notoriedad y con similar comportamiento entre canales y áreas”, señaló Scentia.
Las variaciones negativas más importantes frente a diciembre de 2023 se presentaron en las categorías de bebidas sin alcohol (-24,4%) y bebidas con alcohol (-22,7%), seguidas por higiene y cosmética (-21%) y limpieza de ropa y hogar (-20,7%).
Otras categorías también mostraron caídas significativas, como productos impulsivos (-18,6%), desayuno y merienda (-16,1%) y alimentos (-13,3%), mientras que los perecederos tuvieron la baja más moderada, con un -7,7%.
En el acumulado del año, se destacan las caídas en bebidas con alcohol (-19,6%) y bebidas sin alcohol (-18,3%), productos impulsivos (-18,6%) y artículos de higiene y cosmética (-17%). Le siguen limpieza de ropa y hogar (-13,9%), desayuno y merienda (-12,6%), alimentos (-9,5%) y perecederos (-8,6%).
El deterioro se da a pesar de la pronunciada desaceleración de la inflación. El índice de precios del INDEC se ubicó en 2,7% en diciembre y la división Alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementó 2,2%, por los aumentos en Carnes y derivados, Pan y cereales y Leche, productos lácteos y huevos.
Para este año, Osvaldo del Río, director de Scentia, proyectó: “Si bien es cierto que hay algo de recuperación salarial y hay una importante desaceleración de la inflación, esperamos tener una perspectiva diferente. Tampoco pensamos que el consumo va a crecer en gran medida, pero seguramente sí termine un año positivo, que en primera instancia podría estar en orden cercano al 3% respecto del 2024”.
Ventas de las PyMEs
Dichos datos contrastan marcadamente con las mediciones de las pymes. Según el índice de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas subieron 17,7% en el último mes de 2024, aunque en el acumulado anual retrocedieron 10% respecto de 2023.
“El movimiento comercial de diciembre fue muy intenso y se mantuvo constante a lo largo de todo diciembre. Incluso post Navidad las ventas continuaron con fuerza. Empresarios consultados señalaron que este año el clima navideño se extendió hasta fin de mes, lo que explica los resultados de diciembre muy por encima a los obtenidos para las ventas de Navidad. También fueron de mucho apoyo las opciones de financiamiento bancario”, indicaron desde CAME.
Los siete rubros relevados por la entidad PyME presentaron aumentos en términos interanuales.
Puntualmente, Alimentos y bebidas retrocedió 21,2% respecto a diciembre de 2023 y finalizó el año con una caída del 12%. En la comparación intermensual, las ventas mejoraron 4%.