El consumo de cerveza en Argentina, como en otros países (fundamentalmente latinos) es muy elevado. De hecho, son muchos los que toman más allá de los fines de semana y la incorporan como bebida habitual de sus comidas.
De la misma forma, la cerveza es una de las bebidas más consumidas en el mundo. A nivel mundial, el 45% del alcohol total registrado se consume en forma de bebidas espirituosas. La cerveza es la segunda bebida alcohólica en términos de alcohol puro consumido (34%), seguida del vino (12%).
Pero ¿qué efecto tiene esto en la salud? ¿Es sana la cerveza?
Hubo un tiempo en el que se consideraba una bebida, en cierta medida, saludable y en el que se decía que era una buena forma de hidratarse, por ejemplo, después de una carrera atlética.
Hoy en día, sin embargo, se considera que ni siquiera el consumo moderado tiene beneficios para el riesgo cardiovascular” y los médicos recomiendan ingesta cero de bebidas alcohólicas.
Composición de la cerveza
La cerveza es una bebida fermentada compuesta principalmente por agua (90-95%). Además, contiene carbohidratos en cantidades moderadas, proteínas en pequeña proporción y alcohol (3-12%), que aporta 7 kilocalorías por gramo.
Cuando bebemos cerveza, nuestro organismo tiene que procesar varios de sus componentes, entre los que destacan el alcohol (etanol), que tiene efectos en múltiples sistemas del cuerpo, y otros como antioxidantes, vitaminas del grupo B y minerales como potasio, magnesio, fósforo y silicio.
En este sentido, es importante señalar que el contenido de estos micronutrientes no representa una fuente significativa para cubrir los requerimientos diarios.
Efectos del alcohol en el cuerpo
- El alcohol desinhibe: actúa como un descompresor del sistema nervioso. También disminuye reflejos, juicio y coordinación, incluso en cantidades pequeñas.
- Trabajo extra para el hígado. El hígado se encarga de procesar el alcohol. Primero lo transforma en acetaldehído (una molécula tóxica que puede causar resaca) y después en acetato, que ya se elimina. Si la fiesta se repite a menudo, el hígado puede cansarse y “quejarse” mucho.
- Efecto diurético: el alcohol inhibe la hormona antidiurética (ADH) y hace que perdamos más agua por la orina.
- Calorías líquidas: una cerveza aporta unas 150-200 calorías vacías, como una bolsa pequeña de papas fritas, pero sin llenar el estómago. Si no lo compensamos, la “barriga cervecera” puede empezar a aparecer”.
Efectos de beber una cerveza cada día
Beber una cerveza al día no parece mucho, pero hay que mirarlo con perspectiva. Una cerveza diaria suma más de 50 litros al año, y el hígado, que no tiene días de descanso, lo nota, advierten los especialistas.
Esto es lo que pasa por beber una cerveza al día:
- Estrés hepático: aunque una sola cerveza al día no parece grave, el consumo habitual de alcohol puede sobrecargar al hígado a largo plazo. Es como si todos los días le diera un pequeño golpe: al principio lo soporta, pero con el tiempo pasará factura.
- Más calorías de las que pensamos: 200 calorías diarias son unas 73.000 al año, el equivalente a unas 20 pizzas medianas. Y eso sin sumar lo que comemos con la cerveza.
- Efecto cardiovascular dudoso: aunque algunos estudios sugieren que cantidades moderadas de alcohol pueden beneficiar al corazón, dichos efectos son controvertidos y cada vez más los profesionales de la medicina están convencidos de que no justifican el consumo regular.
- Riesgo de dependencia: lo que empieza como un hábito inofensivo puede convertirse en enfermedad.
Fuente: Cuidate Plus