Un reciente informe del Ministerio de Capital Humano revela que el 61% de la población enfrenta problemas relacionados con ingresos, vivienda, salud o educación. Este dato proviene de un indicador alternativo de pobreza que mide la situación multidimensional de los hogares hasta la mitad de 2024, enfocándose en carencias no monetarias.
El Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, bajo la dirección de Sandra Pettovello, es el encargado de elaborar este índice. Esta medición se inició durante el gobierno de Alberto Fernández y busca evaluar aspectos como acceso a vivienda, servicios básicos, educación y salud, más allá del ingreso económico mensual. Se trata de una forma de medir la pobreza estructural que considera derechos y condiciones de vida.
Históricamente, este informe había mostrado una cifra del 44,6% a nivel nacional en 2021.
Sin embargo, tras varias actualizaciones, se observó una ligera disminución en los índices: 44,3% en el segundo semestre de 2023 y 43,6% en el primer semestre de 2024. A pesar de estos descensos, el informe destaca que las variaciones son menores debido a la naturaleza estructural del índice.
El Gobierno también cruzó datos de pobreza multidimensional con ingresos tradicionales para ofrecer una visión más completa. Según este análisis, el 61% de la población es considerada pobre bajo este criterio en 2024, un aumento respecto al 55,4% del segundo semestre de 2023. Esto indica un agravamiento en la situación económica.
En cuanto a los criterios evaluados, consideraron aspectos como hacinamiento en vivienda, condiciones sanitarias deficientes y acceso limitado a educación y empleo. Por ejemplo, se evalúa si las familias tienen doble cobertura de salud y si enfrentan precariedad laboral. Estas dimensiones permiten entender mejor las diversas situaciones que afectan a las familias.
El Consejo mencionó que este enfoque multidimensional es necesario para complementar las mediciones tradicionales basadas únicamente en ingresos. “El IPM permite realizar un análisis basado en múltiples dimensiones”, afirmaron los responsables del informe. Esto ayuda a abordar la complejidad social y a informar mejor las decisiones sobre políticas públicas.
Asimismo, el contexto económico impactó fuertemente en la pobreza. La inflación y la recesión han llevado a un aumento significativo en la pobreza que alcanzó el 52,9% en el primer semestre del año anterior. A pesar de algunas mejoras recientes atribuibles a programas sociales y una desaceleración inflacionaria, se anticipa que los próximos informes seguirán reflejando desafíos importantes para la población vulnerable.
Fuente: Infobae