Entre los terrores nocturnos, muchas personas atraviesan las denominadas parálisis del sueño: cuando el cuerpo no puede moverse, pero la persona puede abrir los ojos y hasta escuchar. Algunos pasan por un momento de angustia y desesperación, al no lograr hablar, ni gritar, sumado a testimonios que hablan de ver sombras, sentir una presencia o incluso oír ruidos en la habitación.
Antiguamente, se daban explicaciones mitológicas a estos episodios. Sin embargo, la ciencia especifica que se trata de un trastorno del sueño que se da en gran parte de la población, generado por situaciones relacionadas con el estrés y la ansiedad.
El cuerpo y el cerebro
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el médico neurólogo Pablo Barissi explicó que el sueño normal tiene cuatro etapas, donde las primeras tres son: el sueño ligero (etapa 1), moderado (etapa 2) y el sueño profundo (etapa 3). Por fuera de esto, durante la etapa REM (Rapid Eye Movement), “el cuerpo yace quieto, sin tono y lo único que se mueve son los ojos”.
Durante un período de sueño normal, de entre siete a ocho horas, estas etapas suceden entre cuatro a seis veces. Sin embargo, la llamada parálisis del sueño “ocurre en la etapa REM” y lo más frecuente es que se dé “dos a tres horas antes de dormirse o al estar despertando”.
Pero ¿qué sucede entre la mente y cuerpo?: “Se interrumpe por breves segundos o minutos ese sueño fisiológico en la etapa REM, cuando se está durmiendo o despertando, donde aparece esta incapacidad de movilizarse”.
Barissi comentó que en este período el cuerpo está en “hipotonía, tono muscular muy descendido. Entonces, la persona puede mover los ojos, mirar a su alrededor, pero no mover el cuerpo”.
Atravesar por esta situación puede resultar algo aterrador ya que “va asociado también a alucinaciones hipnagógicas o hipnopómpicas, que aparecen cuando te estás durmiendo o despertando”, detalló.
En este sentido, señaló que “son alucinaciones de algo que no está ahí e incluso pueden ser alucinaciones complejas, en las cuales uno escuche cosas o vea cosas que no existen”.
Durante estos minutos o segundos “puede acompañarse de un miedo tan extremo que puede generar un ataque de pánico en la persona”, agregó.
Entre los factores que pueden incentivar la parálisis del sueño, nombró el dormir mal, estar ansioso, cambios en el uso horario, conocido como Jetlag, junto con personas que trabajan de noche, como los serenos y aquellos que se encuentran con nivel alto de estrés: “En ellos es más frecuente que sea recurrente y en otras personas con trastorno alimentario o que han dormido mal por estar estresadas, puede pasar alguna que otra vez”, añadió.
A pesar de ser una alteración del sueño, mencionó que “no es evolutivo, ni tiene consecuencias a futuro”. Aclaró que la parálisis del sueño “no es algo grave, pero es considerada una patología considerada como parasomnia, una alteración en el sueño”. Estadísticamente, cerca del 50% de la población ha experimentado alguna vez esto y “es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes”.
Para evitar el trastorno del sueño, explicó que “se sugiere mantener hacer una vida sana, canalizar el estrés mediante alguna actividad extracurricular, el ejercicio, no tomar bebidas con cafeína en la noche”.