La playa Lagoa Azul, ubicada en la Praia de Antunes en Maragogi, estado de Alagoas, se vio obligada a suspender todas las actividades turísticas tras una decisión de la Justicia Federal. Este destino, popular entre turistas argentinos por sus aguas cristalinas y paisajes paradisíacos,fue cerrado debido al incumplimiento de normas ambientales que protegen esta zona de alto valor ecológico.
El juez André Granja, encargado del caso, determinó que las actividades turísticas estaban causando daños irreparables al ecosistema del Área de Protección Ambiental (APA) Costa dos Corais, una de las mayores reservas de biodiversidad de Brasil.
“El uso indebido de áreas protegidas representa un riesgo significativo para el equilibrio ecológico, la biodiversidad y la calidad de los recursos naturales, afectando directamente la salud y el bienestar de las comunidades humanas”, destacó en su resolución.
Restricciones y medidas adoptadas
El decreto municipal previo permitía actividades controladas, como el anclaje de 40 lanchas diarias y la visita de tres catamaranes, pero la creciente presión turística excedió esos límites, intensificando los daños ambientales. Ante esta situación, las autoridades implementaron las siguientes medidas:
- Suspensión de los permisos para actividades turísticas en Lagoa Azul.
- Refuerzo de fiscalización ambiental durante los próximos tres meses.
- Campañas de concientización para informar a la población sobre la suspensión, con multas diarias por incumplimientos.