La quita de subsidios nacionales a la tarifa de luz y la desregulación del mercado ha dejado una disparidad de precios en cada provincia y entre cada una de las categorías de usuarios que genera diferencias abismales entre lo que paga un misionero y un habitante de otra provincia.
De acuerdo al observatorio de tarifas y subsidios, correspondiente a enero, elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política que integran la UBA y el Conicet, los usuarios misioneros de la energía eléctrica pagan tarifas por debajo del promedio nacional, en los casos que tienen ingresos medios y bajos, que son considerados categoría N3 y N2. Son la gran mayoría, según datos de Energía de Misiones.
En cambio, aquellos con ingresos altos (N1) aparecen en el tope de las tarifas más caras entre las 23 provincias y CABA.
Para categorías N2, usuarios de ingresos bajos, los misioneros pagan 28.611 pesos por el consumo de 265 kw/h al mes. En La Rioja se registra la tarifa más baja con 4.070 pesos y Río Negro la más alta con 54.381 pesos. El promedio nacional es 32.116 pesos.
En la categoría N3 (ingresos medios) los usuarios misioneros pagan una tarifa de 37.541 pesos de factura eléctrica con impuestos y sin descuentos por el consumo de 265 kw/h en enero de 2025. En este segmento, otra vez La Rioja tiene la tarifa más baja con 4.347 pesos mientras que los habitantes de Puerto Madryn pagan 61.479 pesos, la más alta. El promedio nacional es 38.969 pesos.
Finalmente, para la categoría N1 (ingresos altos), por el mismo consumo, los misioneros pagan 66.666 pesos mientras que los riojanos, que siguen pagando la tarifa más económica, deben abonar 30.743 pesos. En Neuquén se registra la boleta más alta con 82.175 pesos. En este caso el promedio es de 56.622 pesos.

Diferencias por provincias
Como sucedía cuando las tarifas estaban congeladas, sobre todo en el área metropolitana, ahora también hay fuertes diferencias de precios, siempre a favor del AMBA. Por ejemplo, un hogar en este distrito abona un 37,7% más barato que la tarifa que se abona, en promedio, en el resto de la Argentina. La diferencia se amplía al 52% para el caso de un hogar de bajos ingresos, que mantiene los subsidios.
“Un análisis transversal indica que la factura final promedio de un hogar de altos ingresos es 1,8 y 1,5 veces superior respecto de la factura de un hogar N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios), respectivamente. La factura promedio total país es de $56.622 para un hogar de altos ingresos (N1), $32.116 para un hogar de ingresos bajos (N2) y $38.969 para un hogar de ingresos medios (N3)”, define el reporte.
Por qué hay tanta diferencia
El informe es clave a la hora de explicar las causas de esta dispersión tan notable. Algunas conclusiones son las siguientes: “La dispersión de tarifas es multicausal, es un proceso complejo de identificación de costos que reflejan las características propias de la red, de la región en donde se presta el servicio y de la frecuencia de actualizaciones sobre los costos de distribuir la energía”, se describe.
“A su vez, responde no solo a diferentes estructuras tarifarias, y a características estructurales propias del servicio público de distribución, sino también a factores exógenos como la existencia de diferentes cargas impositivas y anomalías regulatorias que alteran artificialmente los niveles tarifarios en algunas jurisdicciones”, remarca el informe.

VAD, impuestos y energía
Además, el estudio detalla que “a enero de 2025 se encuentra vigente la Resolución 19/24 que determina los precios de la energía entre el 1° de noviembre y el 30 de abril de 2025 en todo el territorio nacional, prorrogando los precios mayoristas de la energía, fijados en la Resolución 283/24 de la Secretaría de Energía para octubre de 2024. Quiere decir que desde mayo la Nación podría modificar esa resolución y los precios.
Por otra parte, los datos indican que, para los usuarios de ingresos altos (N1), la composición promedio de la factura final es del 39% para la energía, 36% para el VAD y 24% para los impuestos.
En tanto que, para los usuarios de bajos ingresos (N2) la composición es del 19% para la energía, 55% para el VAD y 26% para los impuestos; mientras que para los usuarios del segmento de ingresos medios (N3) la factura final se compone un 34% por la energía, 41% VAD y 26% impuestos.