El Año Nuevo Chino, celebrado según el calendario lunar, es una de las festividades más significativas de ese país. Este año será dedicado a la Serpiente, un animal que simboliza la sabiduría, la intuición y la transformación.
La celebración comienza en la víspera del Año Nuevo (Nochevieja china, que este año cae el martes 28) y se extiende hasta el Festival de los Faroles, el día 15 del primer mes lunar (en este 2025 cae el 12 de febrero).
La cena del Año Nuevo Chino es un momento clave para las familias, un tiempo para reunirse y disfrutar de la compañía mutua. Es una celebración cargada de simbolismo y significados emocionales, al igual que las tradiciones de fin de año en otros países.
Para muchos, es la oportunidad perfecta para dejar atrás lo negativo del año anterior y darle la bienvenida al nuevo con esperanza y buenos deseos.
¿Por qué la comida es tan significativa durante el Año Nuevo Chino?
La gastronomía del Año Nuevo Chino no es solo una cuestión de sabor: cada plato tiene un significado profundo y está asociado con deseos de prosperidad, salud y buena fortuna para el año venidero.
Los alimentos tradicionales simbolizan la unión familiar y la esperanza de un futuro mejor.
¿Qué platos tradicionales son esenciales en la celebración?
En la cena de Año Nuevo, la comida juega un papel fundamental. Algunos de los platos más representativos incluyen:
Jiaozi (dumplings): estos pequeños bocados representan la prosperidad y la unidad familiar, ya que su forma recuerda a antiguas monedas chinas.
Pescado entero: este platillo simboliza la abundancia y el éxito, ya que la palabra “pescado” en chino tiene el mismo sonido que “superávit”.
Tallarines largos: conocidos como “fideos de longevidad“, su significado es claro: deseo de una vida larga y saludable.
Nian Gao: un pastel de arroz glutinoso que simboliza el crecimiento y el éxito en el nuevo año.
Pastelitos de arroz dulces: estos pequeños postres simbolizan un año de buenos avances y progreso.
Shuijiao (ravioles chinos): su forma, similar a los lingotes de oro, evoca prosperidad económica.
Fuentes: El Cronista / vecteezy