La presencia de familias mbya en las plazoletas y avenidas de Posadas, que se incrementaba notoriamente a partir de la finalización del ciclo lectivo, este año muestra una caída importante, de 150 personas a solo 28, según señala el informe que lleva adelante la Dirección de Asuntos Guaraníes.
Uno de los motivos principales, la instrumentación de colonias de vacaciones en diferentes comunidades mbya de la provincia, en forma rotativa, con atención integral de profesionales de distintas áreas.
El titular de Asuntos Guaraníes, Francisco Rodríguez, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN manifestó que “principalmente se logró reducir la cantidad de niños mbya en situación de calle en Posadas, merced a un trabajo coordinado entre diferentes entidades del Estado. De 150 integrantes de diferentes comunidades 100 eran niños, durante los operativos realizados el año pasado en este mismo período, en cambio ahora en total fueron 28, entre mamás y niños, que demandaron un solo traslado hasta la comunidad de Guapoy Poty, ubicada en Puerto Leoni”.
El funcionario explicó que “a partir de los primeros días de diciembre dispusimos del personal para hacer guardias y recorridos permanentes y atender este tema, realizar un abordaje integral en cada uno de los casos”.
Aclaró que “el operativo sigue funcionando, más allá que por experiencia sabemos que el ‘pico’ lo teníamos antes entre diciembre y enero, cuando veíamos los campamentos sobre la avenida Mitre, en la zona de La Placita y también cerca de la Terminal de Ómnibus”.
Además de Posadas, Rodríguez apuntó que también se encuentran interviniendo con operativos similares en Oberá y Puerto Iguazú, con diferentes resultados.
Y agregó que están “con números muy buenos pero siempre tenemos intervenciones. Cuando detectamos a los niños con su madre nos acercamos y ahí se abre un abanico de posibilidades porque nos entrevistamos con la familia o la mamá que encontramos para ver qué situación está pasando, qué les lleva a venir a vender acá, puede haber una situación familiar, comunitaria o económica en la cual debemos ver la posibilidad de solucionar con distintas áreas del Estado y las municipalidades. Eso es fundamental para entender el contexto”.

Un aliciente
En cuanto a cuál pudo haber sido el motivo principal por el cual se redujo el número de mbya este verano en la capital provincial, Rodríguez dijo que “si bien todavía no se cerró el período, entendemos que pudo haber sido clave el trabajo que realizamos el año pasado de bajar a cada comunidad, en especial de aquellos que venían a vender a Posadas y charlar, escuchar cuál era la problemática. Allí ellos nos decían, por ejemplo, que terminan las clases y los chicos no tienen qué hacer. Entonces en base a eso hicimos una colonia de vacaciones rotativa, por denominarla de alguna manera, en las distintas comunidades”.
En la misma línea detalló que “llevamos distintos juegos para los chicos, aprovechamos para darles una charla con una nutricionista, se sirve el desayuno, hay un espacio para ayuda escolar y asistimos a veces distintas cuestiones también legales, como el trámite de pensiones y turnos para recibir atención en el Hospital. Todo eso forma parte del trabajo que realizamos y es para que ellos no tengan que venir a vender acá Posadas o que estén durmiendo días en una plazoleta, expuestos a las condiciones climáticas y también a todo lo referente a resguardar los derechos de los niños”.
No obstante, Rodríguez comentó que “en la zona de Tomás Guido y Santa Cruz, cercana a la Terminal de Posadas, en este último período hemos detectado que repetidas veces venía una mamá con los niños y a través del sistema que tenemos sabemos que cuentan con los beneficios sociales que le brinda el Estado”.
Remarcó que “esa madre y sus chicos tienen dónde vivir en su comunidad, con acceso al agua potable, poseen una vivienda pero seguían viniendo con los niños haciéndolos trabajar. En ese caso realizamos los informes y los elevamos a la Justicia para obtener una medida de protección en favor del niño”.
Agua en las comunidades
“A la comunidad Mbokajaty (San Ignacio) la cooperativa que brinda el servicio le había cortado el suministro de agua por una denuncia poco clara de un vecino pero ya se pudo solucionar”, indicó Rodríguez a este Medio.
En cuanto al reclamo de Puente Quemado II (Garuhapé), por falta de agua, destacó que “son dos familias en tierras de Arauco (celulosa), con la que estamos trabajando para solucionar el tema. En 2019 fue la máquina para realizar la perforación y no se pusieron de acuerdo con la demarcación del lote. A 3 km está Puente Quemado I, que tiene todos los servicios”.