-Que el dolor duele. Sí.
-Que no quiero sentirlo. Sí también.
–Que ¿cómo hago entonces? Siento que no puedo con esto. No desesperes.
-Pero duele y siento que me voy a desarmar. Si justamente.
-Que quiero salir corriendo, pero sigue doliendo. ¿Qué hago? ¡Respira!
Respira hasta que puedas ser una con Él.
Respira hasta que te arrastre a su origen.
Respira y desármate llorándolo.
Respira e incéndiate. ¡Quémalo!
Respira y quédate sin aliento. ¡Exhálalo!
Respira hasta que puedas mirarte a los ojos y asumir todo tu dolor y con él tu vulnerabilidad. Seguí, seguí respirando para atravesar ese mar, ese oleaje de pensamientos y emociones que ya no te identifican.
Respira y resignifícate. Respira y déjalo ir. pero primero mirálo. Mirálo a la cara y no corras.
La valentía y el coraje viene de enfrentar los miedos, los temores y las equivocaciones.
Decíle: ¡Gracias! Gracias miedo por traerme hasta acá.
No me di cuenta que seguía atada a una idea creencia del pasado y mi mayor miedo era repetir.
Gracias miedo por ser mi compañero, pero hoy no te necesito, ahora puedo sola, sin tu compañía puedo elegir.
Elijo respirar hasta que entre todo el aire nuevo en mis pulmones.
Elijo respirar aire nuevo. Y con ese aire la vida.
Esa vida que no quiero limitar, así que aunque duelas. Te respiro.
Te respiro completamente hasta que no entre más aire, así me das lugar a poder exhalarte, y con cada exhalación me rindo, me libero me aflojo y desestructuro y espero con ansias la nueva bocanada de aire nuevo y fresco porque sin ese nuevo aliento no vivo. Y ¡quiero vivir!
Quiero amar y sobre todo quiero ser libre de todos tus condicionamientos para permitirme ver con nuevos ojos. Ojos oxigenados y limpios de un pasado condicionante.
Esa nueva realidad que me está llamando con cada inhalación a la cual, inevitablemente le viene una exhalación, como la vida misma, tomo y suelto.
Como la vida en dos movimientos inhalo y exhalo y me animo. Me animo a sentirte para poder dejarte ir.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
Whatsapp 3764-829015