El orden es el camino para alcanzar la felicidad que deseamos.
El orden no solo limitado a tener las cosas acomodadas en un cajón, sino la palabra “orden” como un todo, que va desde lo más pequeño a lo más grande.
Orden de las cosas que nos rodean, esto es espacios limpios, con las cosas guardadas en un lugar determinado, para que sea funcional y agradable.
Orden en nuestras finanzas, teniendo claridad sobre nuestros ingresos, gastos fijos y variables, gastos futuros previstos y como los financiaremos.
Orden en nuestra alimentación, para que comamos de forma equilibrada y saludable.
Orden de nuestros tiempos libres y ocupados, para que seamos productivos en el trabajo, pero tengamos espacios de recreación, deportes y de fomentar relaciones que nos llenen el corazón.
Orden de nuestras prioridades, el tiempo es un recurso escaso, pero si tenemos establecidas nuestras prioridades, haremos foco siguiendo ese orden y evitaremos distracciones improductivas.
A veces tenemos ordenados algunos campos y otros no, y la habilidad para lograr el orden, es distinta en cada uno, sin embargo es algo que se aprende, y una vez adquirido el hábito, se vuelve espontáneo.
Comenzar a adquirir este hábito, es algo que se logra de lo poco a lo mucho, partiendo primero en tener ordenado el lugar donde estemos en el momento.
El orden o desorden nos influyen en nuestra mente y en nuestras emociones, y de ahí la importancia de ordenar el ambiente donde nos encontremos.
Natalia Moyano
Contadora con corazón de escritora
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