El robo de 100 kilogramos de miel contaminada encendió las alarmas en la provincia de Chaco, dado el alto riesgo sanitario que implica el consumo de un producto no apto para humanos.
Un apicultor jodista e investigador tenía en su domicilio las colmenas con miel en “un banco de pruebas”, que no son para el consumo humano, sino que se trataba de una investigación con el pigmento conocido como azul de Prusia (hexacianoferrato de hierro) cuando fue vandalizado por otro apicultor de la zona, según denunció, quien se llevó varias colmenas.
Pedro Ribeiro, director de Bromatología chaqueño, confirmó a Radio Nordeste el hecho y llamó a la población a extremar las precauciones a la hora de adquirir miel en el mercado.
“La miel es un producto con una demanda alta a nivel provincial y nacional, pero es también uno de los productos con mayor adulteración en el país”, señaló Ribeiro en declaraciones a la prensa. La miel sustraída estaba destinada a investigación y no contaba con las habilitaciones necesarias para su comercialización. Parte del lote robado podría haber sido apto para consumo humano, pero el riesgo radica en la posible mezcla con el resto del producto contaminado.
El Código Alimentario Argentino (Ley 8.284) establece que todo producto envasado y elaborado fuera de la vista del consumidor debe contar con una habilitación sanitaria otorgada por la autoridad competente. En este caso, la Dirección de Bromatología provincial es la encargada de garantizar que los alimentos sean aptos para el consumo.
“Todos los productos habilitados deben contar con el Registro Nacional de Establecimiento (RNE) y el Registro Nacional de Producto Alimenticio (RNPA), que deben figurar obligatoriamente en la etiqueta. Si un producto carece de estos registros, no podemos garantizar su seguridad”, explicó Ribeiro. Además, recordó que estos números no deben confundirse con códigos de barras o leyendas de “apto para consumo”.
Uno de los principales riesgos de la miel no habilitada es la presencia de contaminantes químicos y microorganismos peligrosos. “El vencimiento de la miel puede ir de uno a dos años, pero si el producto no ha sido manipulado adecuadamente, puede representar un riesgo para la salud”, advirtió el funcionario.
La alteración de la calidad de la miel, ya sea por contaminación con sustancias tóxicas como el azul de Prusia o por la proliferación de microorganismos, puede generar intoxicaciones graves en quienes la consuman.
Ante esta situación, la Dirección de Bromatología de Chaco recomienda a la población verificar siempre que la miel que se adquiere cuente con los registros correspondientes y con una etiqueta que indique su origen, fecha de vencimiento y establecimiento productor.
Las autoridades instan a denunciar cualquier comercialización sospechosa de miel sin etiqueta o sin los registros sanitarios obligatorios. Para consultas o reportes, la población puede comunicarse con la Dirección de Bromatología a través del correo [email protected].
En el chaco un tipo estaba haciendo experimentos con abejas
Y le robaron 100 kilos de miel contaminada con azul de prusia
(Un remedio contra la radiación pero k también te puede matar)Re tranca el próximo resident evil pic.twitter.com/QsLvfH3vHl
— ElBuni (@therealbuni) February 6, 2025
Fuente: Noticiero9/Barranquerasonline.