La falta de lluvias deja una espesa vegetación seca que es combustible puro para la irresponsabilidad de algunas personas provocando distintos focos de incendio en Corrientes y el incansable trabajo a campo abierto de brigadistas y bomberos. El ambientalista correntino Luis Martínez dialogó con FM 89.3 Santa María de las Misiones y señaló que el panorama no es alentador, advirtió sobre la falta de lluvias y las temperaturas extremas que agravan el panorama, al tiempo que instó a la población a tomar conciencia sobre la importancia de la prevención.
Según Martínes, el problema comenzó a gestarse a finales de 2024, y con la llegada de enero y febrero la situación se ha vuelto cada vez más preocupante. “En algunos puntos del país, como en Corrientes y la región, las precipitaciones han sido mínimas, con baja descarga. Lamentablemente, los pronósticos indican que la tendencia de temperaturas elevadas y sequedad podría continuar por varios meses más”, agregó, citando los informes del Servicio Meteorológico Nacional.
Uno de los puntos más críticos se encuentra en el centro-norte de Corrientes, específicamente en las localidades de Curuzú Cuatiá y Mercedes. “La zona más afectada es Mariano I. Loza, donde ya se han quemado más de 20.000 hectáreas. A pesar de los esfuerzos de los brigadistas y el uso de aviones hidrantes, el fuego sigue avanzando sobre la vegetación”, detalló.
En paralelo, otros incendios se han registrado en áreas rurales cercanas a Curuzú Cuatiá, donde las llamas afectan principalmente pastizales. “Desde finales de enero y principios de febrero, la provincia ha registrado múltiples focos de incendio. Afortunadamente, los servicios de emergencia han actuado con rapidez, pero el problema es que la situación es persistente y las condiciones climáticas no ayudan”, señaló.
En sintonía con esto, según expuso en medios nacionales Bruno Lovinson, coordinador del Comando Operativo de Emergencias de Corrientes, hay actualmente tres localidades con focos activos y los brigadistas combatían el fuego en zonas rurales de La Cruz, Estación Solari y Mantilla. Asimismo, el funcionario precisó que ya fueron desactivados dos focos ígneos en Gobernador Martínez y Perugorría.
Pese a los esfuerzos oficiales, Martínez advirtió que, mientras persistan las condiciones climáticas adversas, el número de focos seguirá en aumento. “Si seguimos con esta sequía extrema, altas temperaturas y pocas probabilidades de lluvia, es probable que veamos un incremento en los incendios en las próximas semanas”, alertó.
Por otro lado se refirió a la necesidad de que la población tome conciencia sobre los peligros del fuego en estas condiciones. “Nos sorprende que la gente aún no comprenda el daño que puede causar. Más allá de la sequía, en muchos casos los incendios son provocados por descuidos o intencionalidad humana”, señaló.
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En este sentido, mencionó la importancia de denunciar cualquier actividad sospechosa. “Es fundamental que la provincia habilite líneas gratuitas para que la gente pueda denunciar de manera anónima a quienes inicien fuego de forma ilegal. Muchas veces las personas, al ver nubes o escuchar que hay posibilidad de lluvia, encienden fogatas en pastizales, pero cuando la precipitación no llega, el fuego se descontrola”, explicó.
Martínez insistió en que la situación es extremadamente delicada y requiere un compromiso colectivo. “Estamos en un período de sequía extrema y de alta ignición. Cualquier fuego, por más pequeño que parezca, puede propagarse rápidamente y generar daños irreparables”, enfatizó.
El impacto de los incendios en Corrientes no solo se limita a la pérdida de vegetación, sino que también afecta la fauna silvestre, la producción agropecuaria y la calidad de vida de los habitantes. “La provincia ya ha atravesado escenarios similares y conocemos las consecuencias devastadoras que dejan estos incendios. No es solo un problema ambiental, sino también social y económico”, explicó el ambientalista.
Finalmente, Martínez se mostró esperanzado en que las lluvias puedan llegar en los próximos meses para aliviar la situación. “Los pronósticos indican que esta crisis podría extenderse hasta marzo o abril, aunque esperamos que las condiciones cambien pronto. Mientras tanto, es fundamental seguir monitoreando la evolución del fuego y reforzar las estrategias de prevención”, concluyó.