El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de un arancel del 25% a la importación de acero y aluminio genera preocupación en Argentina, donde varias empresas tienen una importante exposición en estos mercados. Aunque la medida aún debe confirmarse formalmente, sus efectos podrían impactar directamente a compañías como Aluar, Acíndar, Ternium y Tenaris, que dependen en gran medida del mercado estadounidense para la colocación de sus productos.
Según datos de la consultora Trading Economics, en el último año Argentina exportó a Estados Unidos aluminio por un total de USD 515 millones y acero por USD 112 millones. Aluar, por ejemplo, destina alrededor del 40% de sus exportaciones al mercado norteamericano, por lo que cualquier barrera arancelaria encarece sus envíos y afecta su competitividad.
Un antecedente preocupante
Esta no es la primera vez que el sector industrial argentino se enfrenta a una decisión proteccionista de Washington. En 2018, durante su primera presidencia, Trump impuso aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, afectando a exportadores de distintos países. Sin embargo, en mayo de ese mismo año, el gobierno de Mauricio Macri logró negociar una exención parcial, permitiendo exportar sin aranceles dentro de ciertos límites. Argentina fue uno de los pocos países que lograron este beneficio, junto con Australia, Brasil y Corea del Sur.
Sin embargo, en diciembre de 2019, apenas unos días antes del fin de la administración de Macri, Trump decidió revocar la exención y restablecer los aranceles a las compras de acero y aluminio de Argentina y Brasil, golpeando la industria nacional. En ese momento, se estimaba que Argentina colocaba cerca de USD 700 millones anuales de estos productos en el mercado estadounidense, lo que hacía de EE.UU. el principal destino de exportación para este sector.
Posibles consecuencias y estrategias
El impacto de esta nueva medida dependerá de si Argentina logra negociar nuevamente una exención o compensación, como ocurrió en 2018. En aquel momento, el entonces ministro de Producción, Francisco Cabrera, llevó adelante cerca de 30 reuniones con funcionarios estadounidenses para alcanzar un acuerdo.
Hoy, las empresas del sector se enfrentan a un nuevo desafío: si la imposición de los aranceles se concreta sin excepciones, los exportadores argentinos deberán evaluar estrategias para mitigar el impacto. Esto podría incluir la diversificación de mercados, la renegociación de contratos o la absorción parcial de los costos adicionales para seguir siendo competitivos en EE.UU.
Por el momento, el anuncio de Trump genera incertidumbre en la industria local, que ya había experimentado la volatilidad de estas decisiones en el pasado. Todo dependerá de la capacidad de negociación del gobierno argentino y de la evolución de las políticas comerciales de EE.UU. en los próximos días.